Capitulo 5

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Después de esa noche los días transcurrieron normales. Me levantaba a desayunar con Lou y luego nos íbamos a clases. En los almuerzos siempre aparecía James quejándose por alguna cosa de su compañero de habitación. Aún no tenía noticias por parte de mi padre o de mamá. Mi abogado vendría en tres días para informarme del caso y su procedimiento o eso había dicho en la última llamada que tuvimos en inspectoria.

Le di una mordida a mi sándwich mientras caminaba por el pasillo. No había querido desayunar esta mañana, pero luego de la primera clase mi estomago rugió. Por suerte había guardado el sándwich del desayuno para el receso.

Mi clase de lengua quedaba muy alejada del salón de arte. Estaban prácticamente una en cada esquina del edificio. Si no me daba prisa llegaría tarde.

Camine apresurada por el pasillo. Ya no había gente en los corredores. Maldición, el maestro de lengua es muy odioso. He llegado tarde estos dos últimos días, no me perdonara si lo hago hoy también.

Doble por el pasillo y me apresure, podía ver la puerta del salón de lengua. De pronto el maestro apareció en mi campo de visión, entro al salón y cerró la puerta. El timbre sonó y me quede parada a la mitad del pasillo.

Rayos! Me di media vuelta sin saber que hacer. Podría ir y tocar, pero estaba segura de que no me dejarian entrar. Tampoco podía quedarme aquí, si me veía alguna autoridad estaría en problemas.

Decidí caminar al gimnasio, después de todo esa era mi próxima clase. Mierda. Pegue mi mano a mi frente. Eso era después del almuerzo.

Vague sin rumbo un buen rato, mirando mi reloj de mano de vez en cuando. Doble por el pasillo lentamente, mientras mordia mi sándwich vi a Scott moverse rápido por el corredor en dirección contraria a la mia. Miraba atrás de vez en cuando, al fijar su vista en mi dirección abrió sus ojos sorprendido, y yo miré hacia mi espalda buscando  algo raro. Pero no había nada.

Llegó a mi prontamente y me tomo del brazo, casi me atragante con el pan en mi boca. Me arrastro hasta una puerta, la abrió y nos introdujo a ambos. Trague mi comida y le propine un fuerte golpe en su brazo. Me miró por un segundo, pero volvió su atención a lo que sea que hubiera tras la puerta, en los pasillos.

-Oye que..-Me detuvo y posó una mano en mi boca. Llevó un dedo a sus labios en señal de que guardara silencio. Pego su oído a la puerta y se mantuvo ahí un momento.

Mantuve mi mirada en él, buscando alguna señal de lo que sucedia. No entendía porque estábamos en este, cuarto de conserjería. Tome su antebrazo y lo sacudí para que me prestase atención.-¿Que sucede?-Susurre mientras él se despegaba de la puerta.

-Nada que te importe.-Susurro dando me un vistazo para luego volver a poner su oído en la puerta.

-Claro que me importa.-Susurre irritada.-No estoy para jueguitos, dime ahora mismo porque estamos aquí o pateare la puerta.

Se giró y me miró burlesco.-¿Que hacias en el pasillo chica nueva?

-Llegue tarde a clases. ¿Que hacias tú corriendo por los pasillos de todos modos?-Me cruse de brazos para dar una posición más firme.

-Eeh..También llegue tarde a clases.-No le creía, pero no volví a preguntar.

De pronto la puerta se abrió, frente a nosotros apareció el aparente jefe del lugar. Me miró sorprendido, luego miró a Scott y su expresión cambió. Parecía cabreado, tomó a Scott del cuello de la camisa y lo sacó del pequeño cuartucho.-¿Que haces Scott? Hace media hora te mande a llamar, ¿Donde está el pedido? Es que acaso lo olvidaste por andar jugando al romántico.-Hizo un gesto en mi dirección al decir eso.

Lágrimas de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora