Capítulo 18

34 3 1
                                    


Will me empujó dentro del baño y el fuerte olor a orina me golpeó. Tapé mi nariz e hize un gesto de desagrado, al adentrarnos más nos encontramos con un chico en los lavabos.
-Fuera.-Will ni siquiera le prestó atención cuando salió disparado del lugar, mirándome con curiosidad al pasar por mi lado.

-Will.-Lo llamé.-No quiero estar aquí.-Volvió a ignorarme mientras abría las ventanas del lugar. El olor desapareciendo poco a poco.

Se acercó despacio, analizándome, me crucé de brazos, este chico se equivoca si piensa que puede volver a doblegarme. Cuando lo tuve frente a frente imitó mi postura y me observó.

-No me agrada ese imbécil. No me agrada tu actitud y no me agrada ni por un pelo saber que prefieres compartir tu tiempo con él que conmigo.

-Pues mira que mal, porque tendrás que bancartelo. Logan resultó ser la única persona que me ayudó ayer ¡Por que ni siquiera Lou y James se preocuparon y para qué vamos a hablar de ti!

-¡Pues lo lamento!-Gritó enojado.-¡Es mi culpa, no tienes que refegarmelo en la cara siempre Alice!

Me quedé en silencio. No tenía porque estar discutiendo con él, no habían razones para que me exigiera cosas, la mínima libertad que obtengo en este lugar es poder elegir con quién me junto y él me la está quitando. Se acabó el juego de Will Drucci, es momento de que Alice Foster tome las riendas.

-No sé por qué haces tanto escándalo. Tu y yo no somos nada.-Solté a la ligera.

-Yo no llamaría nada a esto.

-¿Y qué es esto? Dímelo porque no logro comprender.-Puse ambas manos en mis caderas y lo enfrenté.-De un día a otro estamos besándonos en los pasillos y discutiendo estúpidos celos en un asqueroso baño de varones.-Me acerqué más disminuyendo la distancia, mis zapatos tocando sus botas.-Explicame Will, porque yo no lo sé.

Se inclinó hacia mi y tomó mis hombros. Lo miré a los ojos en busca de una respuesta, necesitaba que el me lo dijera, porque esperaba que me ayudara a aclarar mis dudas.

-Quiero creer que es lo correcto. El que tú y yo estemos aquí, sintiendo algo el uno por el otro.

-¿Que tal si no lo es?-Rebatí.

-Tiene que ser lo Alice. Necesito que lo sea.-Acercó su boca a la mía, sellando sus palabras con un beso desesperado. Deslizó su brazo por mi cintura y me apretó contra él. Subí mi mano lentamente por su pecho y con suavidad lo empujé. Me separé de él dando un paso atrás mientras su desconcierto se hacía presente.
Pasé una mano por mi cabello, repentinamente nerviosa.

-Todo es muy repentino Will.-Retrocedí varios pasos más hasta llegar a los lavabos, abrí la llave y humedecí mis manos, no sabía que estaba haciendo, pero por alguna razón quería ganar tiempo.
Lo observé por el espejo, se acercó por detrás mientras enfundaba las manos en sus bolsillos. Suspire resignada, me volteé y lo miré, había que acabar con esto.-No hay razones para continuar con esta extraña relación. Después de todo ya no tendré que preocuparme de que me fastidies todos los días. Se acabó, terminaste tu trato conmigo. Es mejor cortar esto incluso antes de que inicie.-Baje la mirada al piso, mientras el silencio se propagaba por el lugar. En cuanto volví a levantar la mirada me arrepentí, parecía herido.

-¿Así que de eso se trata? ¿Todo esto lo hiciste para librarte de mi?-De inmediato traté de sacarlo de su error, pero no parecía dispuesto a escucharme. Se acercó a paso rápido y me tomó por los brazos, me apretujó contra el lavabo y por poco estaba sentada sobre el.-Contestame una cosa Alice y quiero que seas sincera.-Me miró a los ojos y acercó su rostro más al mio.-¿Te gusto?

-Sí. -Contesté sin dudar. Claro que me gustaba, era más que obvio y no hablaba sólo físicamente, sé de primera mano que tiene actitudes horribles, pero también hay ciertas cosas en él que me atraen como un imán. Llamenme loca, pero este chico era completamente sexi cuando estaba de mal humor, además, tiene una sonrisa encantadora la cual para mal gusto la usa mayoritariamente cuando quiere conseguir algo de una mujer y aunque él no logre darse cuenta, durante las últimas veinticuatro horas a estado mostrando su lado más dócil y encantador. Había que admitirlo, si se lo proponía podía ser el infierno personal de cada chica.

Lágrimas de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora