¿Quién soy?

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Lyra buscó a Caspian, pero solo se encontró con el profesor sentado en una roca saliente.

-¡Profesor! Me alegro de verle. ¿Cómo se encuentra?

-Bien, bien. ¿Qué tal tu brazo? Caspian me ha contado lo ocurrido.

-Va mejorando...

Se sentó al lado del anciano contemplando el horizonte. El hombre quería iniciar una conversación bastante difícil.

-Tu nombre es poco común. Lyra... ¿sabes? Yo conocí hace muchos años a un bebé que tenía ese mismo nombre.

-Que curioso -respondio la chica tímidamente.

-Eras tú -afirma el profesor-. Creí que nunca volvería a verte.

-¿De qué me conoce?

-Nacisteis en el castillo -hace una pausa- el mismo día, del mismo mes, del mismo año, y con tan solo unos minutos de diferencia, que el príncipe.

Lyra comenzaba a asustarse. ¿Era ella una repugnante telmarina?

-¿Quién soy yo?

-Eres hija de Marina y Morgan. Una excelente doncella y un gran herrero que servían al rey Caspian IX -hace de nuevo una pausa más larga que la anterior-. No te sientas extraña. Mi madre era una enana negra de las Montañas del Norte -dice riendo-. Confío en que Caspian se convierta en la contradicción más noble de la historia: el telmarino que salvó Narnia -sonríe-; y también cuento que lo haga con tu ayuda.

-Supongo que tendré que servirle cuando sea rey.

-Oh, no me refiero como doncella -ríe el anciano-. Me refiero como reina.

-No creo que se fije en una simple doncella que se encontró por el bosque criada por un tejón y dos enanos.

-Yo creo que se fijó en una mujer que le defendió y cuidó de los desconocidos, y que peleó a su lado con un simple tronco de madera. Parece que se rindió en el intento de que cogieras una espada.

Lyra ríe recordando las pequeñas peleas que tuvieron y el como le ganó en todos los entrenamientos con su tronquito.

-Aunque te haya contado todo eso, sigo sin pertenecer a la nobleza.

-Te tiene mucho aprecio, por no decir que está enamorado. Y por lo que puedo comprobar, tú también lo estás.

Lyra seguía sin admitir sus sentimientos.

-No puedo estar con él... no soy una princesa.

-Ya hemos roto bastante la historia -dice poniéndose en pie-. ¿Qué importa si la rompemos un poco más?

El anciano se va dejando a Lyra sola en la roca.

-Lyra.

La chica se pone de pie encontrándose con Caspian.

>>Veo que Cornelius también habló contigo -ríe el chico.

-Solo chorradas -intenta restarle importancia.

-Yo creo que no son chorradas -responde Caspian acercándose-. ¿Y si rompemos las normas?

-Yo...

-Estoy enamorado de ti -admite el príncipe-, y creo que serías una gran princesa.

-Necesitas a alguien de tu mismo nivel -dice la chica con pesar-, alguien con quien consigas algo: tierras, un ejército... conmigo no tendrías nada de eso. Solo tengo una casita en el bosque con árboles frutales alrededor.

-Contigo sería feliz. No necesito tierras ni ejercitos para eso. Contigo tendría todo.

La chica se queda pensando con la vista perdida mirando hacia el suelo, hasta que una voz le saca de sus pensamientos.

-Tenemos un problema -dice Edmund interrumpiendo la conversación-. Bajad en seguida. El ejército de Miraz está viniendo.

-Si conseguimos salir de esta...

Lyra le besó de imprevisto.

>>Te propondré matrimonio -susurra.

-Saldremos de esta -guiña un ojo-. Espero que cumplas tu promesa.

Las crónicas de Narnia (Caspian y tú) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora