Durante los días que siguieron navegando, atravesaron una terrible tormenta que zarandeaba el barco más de lo necesario. Algunos pensaban que volcaría.
Pero como suele decirse, después de la tormenta llega la calma. El temporal amainó justo a tiempo para ver de nuevo tierra firme.
Esta vez atracaron más cerca de la orilla y bajaron todos. Por mucho que a un marinero le gustase el mar, necesitaba posar sus pies sin hacer equilibrio.
La isla era árida, seca y abrasadora. El sol pegaba con ganas, y no había ni un solo sitio con sombra para cobijarse.
-No aguantaremos mucho aquí -dice Edmund.
-Tienes razón -apoyó Caspian-. Deberíamos echar un vistazo rápido y marcharnos.
A Lucy y Lyra no les gustó la idea de irse tan rápido, pero tenían que cerrar el pico porque era necesario continuar la travesía para salvar Narnia.
Edmund iba en cabeza seguido de su hermana y su primo. Detrás estaba Caspian con Lyra enganchada de su brazo. La chica estaba bastante débil por la falta de alimento. Comía, pero no lo suficiente.
No podía permitirse perder un tesoro así. Tuvo que echarle cara y comenzar a imponerse.
-Tengo hambre -le dijo a Caspian.
-Comeremos en cuanto volvamos.
-Tengo que comer ya -Caspian le miró extrañado-. Es por él -señala su vientre.
-EDMUND -gritó el rey-. Id a explorar vosotros. Luego me explicáis todo.
-Nos vemos en la playa -respondió el moreno.
Caspian y Lyra caminaron de vuelta a la playa. Hicieron varias paradas para sentarse.
-Siento no estar tan pendiente de ti. Es que... vamos a tener un hijo, y quiero que Narnia sea un sitio seguro para él.
Ambos estaban nerviosos ante la idea de un hijo. Lyra lo tenía algo más asimilado, pero a Caspian le aterraba la idea de no ser un buen padre.
Ese es el reto de la paternidad: críar y educar bien a una persona.
-Narnia siempre será seguro y peligroso. Solo céntrate en el presente, en tu hijo... y en darme de comer.
-Ya voy, ya voy.
Siguieron caminando. Poco después, Lucy y Edmund les alcanzaron.
-¡Mirad lo que encontramos!
Edmund le dio a Caspian una espada igual a la que le habían dado. Pertenecía a uno de loa siete lores. Eso quiere decir que necesitan 5 espadas más y salvarían Narnia.
-¿Dónde está Eustace? -pregunta Lyra.
Nadie se había acordado del chico.
De pronto todo comenzó a ocurecerse, como si una enorme sombra les tapase.
-¡CUIDADO! -gritó Lucy.
Edmund no tuvo tantos reflejos, y de un momento a otro ya estaba en las garras de una bestia, un dragón.
La tripulación entera entró en pánico. Muchos daban a Edmund por muerto. Se asustaron aún más cuando la criatura volvió y aterrizó a su lado. Algunos se quedaron de piedra y otros iban a atacar.
-¡PARAD! -se escuchó una voz de encima del dragón.
Era Edmund.
>>Es Eustace.
Eustace se convirtió en dragón. ¿Cómo? Por su avaricia, quedó hechizado con el tesoro de un dragón.
-¿Qué hacemos ahora? -pregunta Lyra-. Anochecerá en menos de dos horas.
-Tendremos que acampar aquí -dice Drinian-. Es demasiado grande para llevarlo a bordo.
-Podríamos abandonarlo -propone Reep.
‐Sip -apoya Edmund ganándose una colleja por parte de su hermana.
-Traed comida y mantas -ordena el rey-. Ya veremos que hacer por la mañana.
ESTÁS LEYENDO
Las crónicas de Narnia (Caspian y tú) [COMPLETA]
FanfictionNacieron juntos, pasaron juntos su más tierna infancia, pero por cosas del destino, se separaron. Aunque un reino sea muy grande, no es infinito, y como el destino está escrito, volverán a reencontrarse. ¿Qué más habrá escrito en el destino?