La última misión

1.4K 133 4
                                    

Sin perder un minuto más en aquella mesa, volvieron a subir al barco rumbo a su última misión.

-Este lugar es horrible -dice Lyra asustada.

-No te despegues de mi -dice Caspian sujetándole por los hombros.

Algo que se movió entre las sombras llamó la atención de la chica. Esta se asomó por la borda seguida de los reyes.

>>Te dije que...

-Calla.

-¡Lyra!

-Shhh...

Lyra señaló hacia las rocas. Allí, entre el agua y el musgo se encontraba un hombre con lo que buscaban: la espada.

Eustace el dragón tuvo la genial idea de llevarlo volando al barco, pero como venganza, el ermitaño lanzó su espada contra la bestia, quedando clavada bajo la pata.

>>Larguémonos de aquí.

-¡Sí, antes de que lea vuestras mentes! -dijo el viejo-. Puede hacer realidad vuestraa peores pesadillas o pensamientos.

-Oh, no -Edmund corrió hacia la borda.

-¿Qué has hecho? ¿En qué has pensado? -preguntó su hermana.

¿En qué pensó? En una gran serpiente marina.

Se defendieron con las pocas armas que les quedaban. Cuanto más la atacaban, más se enfurecía, y cada vez que ese enorme bicho daba un golpe, reventaba el barco.

Mientras tanto, en un lugar no muy lejos de allí, la isla de Ramando, Eustace aterrizó en la playa inmovilizado por el dolor. Pero hubo algo que le calmó al instante, una presencia. Sobre su rostro notó un cálido aliento con el que se sintió libre.

Al abrir los ojos se sentía pequeño. Volvía a ser un niño.

-Has aprendido la lección.

-¿Eres Aslan? -preguntó incrédulo.

El famoso león de las historias que sus primos y Lyra le contaban era real. Lo tenía frente a él. Y no solo eso: le salvó la vida.

-Haz lo que debes hacer.

-No puedo hacer nada. Los abandoné a su suerte.

-Narnia te llamó por un motivo. Es hora de que dejes huella.

Las palabras del león resultaron confusas. ¿A qué se refería? ¿Cómo puede ser posible que Narnia le haya llamado? Si entró en ella por accidente.

-¡La espada!

El muchacho cogió la espada y corrió por el interior del bosque hacia la mesa de piedra. Cuando estaba a punto de ponerla sobre las otras seis, algo le empujó en dirección contraria. Pero su fuerza de voluntad, la fuerza que sintió cuando vio a Aslan por primera vez... eso le hizo avanzar y conseguir poner la espada en su sitio.

No fueron más de diez minutos de lucha en el barco, pero se sintió como una batalla contra cinco ejércitos. Cuando Eustace puso la espada todo terminó, y por fortuna no tuvieron que lamentar pérdidas.

De hecho, todos los que habían desaparecido por culpa de una espesa niebla verde maldita, han vuelto.

-Subidlos a bordo -ordenó Caspian sonriendo.

Después se puso a buscar a Lyra. La chicha estaba rodeada de trozos geuesos de mástil que utilizó para defenderse.

-¡AU! ME CLAVÉ UNA ASTILLA.

-Déjame ver.

Caspian le sujetó de la mano. Lyra perdió el equilibrio y cayó en sus brazos tal y como quería el chico, y le besó. Por fin había terminado todo.

>>Podremos volver a casa y tener a nuestro hijo como se merece.

-Buscatrufas se pondrá loco cuando se entere.

-Todos se alegrarán de que haya otro Caspian.

-Olvídalo. No se llamará Caspian.

-¿Por qué no?

-Porque no me gusta ese nombre -saca la lengua-. Tengo otro mejor.

-¿Puedo saberlo?

-Aslan.

Las crónicas de Narnia (Caspian y tú) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora