Capítulo 15: Un viejo amigo

18.2K 1.2K 1.7K
                                    

【𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗𝐕:𝐔𝐍 𝐕𝐈𝐄𝐉𝐎 𝐀𝐌𝐈𝐆𝐎】

━━━━━━━━━━━━━━━━━

━━━━━━━━━━━━━━━━━

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

●●●

|_______|

Unos meses después...

Después de que Kenny me secuestrara todo cambió para mí. Mis días se resumían en: ataques de pánico, ansiedad e insomnio.

Sentía que todo lo que había pasado era por mi culpa y durante un largo tiempo cuestioné mis acciones sintiendo que era una carga para Levi a pesar de que él nunca decía nada al respecto.

Poco a poco traté de sepultar aquel traumático recuerdo que perturbaba mi existencia. Me sentía deprimida, exhausta y devastada, pero Levi fue quien me sacó de caer nuevamente en las penumbras.

—Apresúrate, llegaras tarde— gritó el azabache desde la puerta principal, guardé todas las cosas en mi mochila y miré por última vez aquella foto impresa de nosotros dos en la playa que estaba asegurada en el espejo del baño con un pedazo de cinta adhesiva.

Y desde aquella vez, todo cambio para mejor en ciertos aspectos, incluyendo la convivencia en el departamento. Nunca hicimos oficial nuestra relación, pero consideraba que con el hecho de compartir la cama, ducharnos juntos, entre otras actividades no era sinónimo de amistad.

Nunca pasó por mi cabeza el hecho de aquel hombre se convirtiera en alguien tan importante para mí.

A pesar de que me lo cuestioné en varias ocasiones, finalmente entendí que su trabajo iba más allá de bienes raíces, él nunca hablaba de ello y aunque me diera mucha curiosidad sabía que no debía meter mis narices dónde no me habían llamado.

— ¿Estudiaste para tu examen? —preguntó el azabache aun con la mirada fija en el camino.

Me quedé en silencio un par de segundos tratando de encontrar una excusa convincente ya que la noche anterior no había hecho nada más que perder el tiempo haciendo cualquier cosa menos estudiar.

—Sí, por supuesto —abrí mi mochila en busca de mi libro de anatomía.

—No me gusta que me mientas.

—Lo sé, pero no lograba concentrarme —me excusé.

Comencé a leer por encima página por página, aquella tranquilidad que tenía se había esfumado por completo en el momento que la información parecía estar en un idioma completamente desconocido para mí y con cada segundo que transcurría el pánico me dominaba cada vez más y más.

En el momento que el vehículo se detuvo, levanté la mirada y me percaté de que habíamos llegado al campus.

Mierda, no había logrado memorizar nada.

DANGEROUS © | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora