Capítulo 11: En un abrir y cerrar de ojos

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【𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗𝐈: 𝐄𝐍 𝐔𝐍 𝐀𝐁𝐑𝐈𝐑 𝐘 𝐂𝐄𝐑𝐑𝐀𝐑 𝐃𝐄 𝐎𝐉𝐎𝐒】

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Han pasado nueve horas desde _____ desapareció.

Toda la situación me resultaba extraña; como si de un fantasma se tratara, desapareció de un momento a otro sin que nadie se percatara de su presencia por lo que se me hacía un poco más difícil indagar. Revisé las cámaras de seguridad al menos treinta veces pero fue en vano ya que no había nada ni nadie actuando de manera sospechosa.

Me percaté de que había anochecido en cuanto abrí las cortinas, el tiempo pasaba volando y aunque pareciera que estaba en completa calma me encontraba muy frustrado.

Tardé en darme cuenta que estaba embelesado viendo a través de aquel gran ventanal como si la respuesta sobre el paradero de la mocosa llegara con tan solo ver como idiota los edificios de aquella ciudad.

¿Qué necesidad tenía de salir?

No podía negar el hecho de que estaba furioso con ella, pero no podía sacarla de mi cabeza. Desde que comencé a ser su tutor noté que era de esas personas carismáticas que a pesar de que estuviese pasándola realmente mal se centraba en ver hacia adelante y continuar. Digno de admirar teniendo en cuenta por todo lo que había pasado para llegar hasta aquí

La verdad nunca me había sentido tan desesperado por encontrar a alguien, me sentía culpable de su desaparición a pesar de que hizo caso omiso a la advertencia que le había dado y no podía negar el hecho de que estaba furioso pero todo el cansancio y toda la preocupación consumió aquel enojo.

Sentía que todo lo que hacía era en vano, no estaba logrando nada más que perder el tiempo y atrasar la búsqueda. Cerré los ojos por un par de segundos mientras masajeaba mi sien tratando de relajarme un poco, pero varios recuerdos de la castaña vinieron a mi mente y deje que me dominara la frustración e ira lanzando todo lo que estaba en el escritorio hacia el suelo.

¿Qué mierda era esta sensación? ¿Por qué la desaparición de la mocosa me hacía sentir de esta manera?

— ¿Levi? — Escuché la voz del rubio e inmediatamente me sacó de mis pensamientos — ¿Estás bien?

— ¿Cómo pasaste, Erwin?

—Estaba abierto, deberías se más cuidadoso.

Salí de mi oficina cerrando la puerta tras de mí esperando que no viera aquel desastre ocasionado por mi enojo, mientras el rubio se sentaba en el sofá me dirigí directamente a la cocina para calentar agua y hacerme un té.

—Es por ella, ¿cierto?

Nunca se le escapaba nada.

—No, quiero atrapar a Kenny.

DANGEROUS © | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora