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Levi regresó a casa una semana después.
Le colocaron una férula en el brazo para evitar que se hiciera daño en caso de que realizara movimientos bruscos. Durante esas semanas me encargué de cocinarle y atenderle en cualquier cosa que pudiese necesitar, lo cual fue un poco incómodo para él ya que se sentía inútil.
Usualmente me despertaba a la seis de la mañana para preparar el desayuno, sin embargo, él se adelantaba para prepararse su té con la vaga excusa de que yo no sabía hacerlo bien.
Otro problema que se presentó fue que el azabache tenía que asistir constantemente a chequeos para ir inspeccionando minuciosamente la evolución de su recuperación, pero el problema aquí no era presentarse sino como llegaríamos ya que él no estaba acostumbrado a conducir con un solo brazo, así que me ofrecí para llevarlo lo cual no le pareció una buena idea puesto que no sabía conducir.
Y tenía razón, me estrellé contra una pared en el estacionamiento.
Lo más curioso de todo era que a pesar de que éramos pareja no lográbamos convivir sanamente en ciertas ocasiones ya que teníamos una que otra diferencia; él era extremadamente ordenado y yo un desastre andante, sin embargo, esos pequeños detalles no eran afectaban nuestra relación.
Sabía perfectamente que Levi era un hombre poco afectivo puesto que nunca recibió alguna muestra de afecto de alguien cercano, aun así hacía su mayor esfuerzo para hacerme sentir amada.
¿Qué más podía desear? Todo lo que alguna vez soñé finalmente se hizo realidad.
[...]
Al día siguiente después de la balacera, recibimos noticias de Hange quien se encontraba en estado crítico ya que presentaba una hemorragia intraocular debido al impacto de la bala. Antes de que la ingresaran a terapia intensiva, nos informaron que no nos confiáramos mucho debido a que la cantidad de sangre que había perdido era letal.
Sin embargo, Hange nos demostró que no estaba dispuesta a tirar la toalla, así que luchó por su vida hasta que se estabilizó. Claramente su vida no sería la misma ahora que había perdido un ojo, pero lo que ella no sabía es que contaba con nosotros.
Tanto Petra como Erwin tomaron la iniciativa para asistir a Hange en cualquier cosa que necesitase mientras que Levi se encargó de la limpieza de la casa de su amiga junto con el resto de su escuadrón con el objetivo de que pudiera descansar en un lugar más higiénico.
Para ese entonces no era secreto para nadie que la muerte de Moblit y su escuadrón le habían afectado. Todos sabían que era prácticamente imposible traerlos de vuelta, pero aun así cada quién coloco un granito de arena para hacerle saber que no estaba sola.
