Capítulo 27: Fortaleza interior

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【𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗𝐗𝐕𝐈𝐈: 𝐅𝐎𝐑𝐓𝐀𝐋𝐄𝐙𝐀 𝐈𝐍𝐓𝐄𝐑𝐈𝐎𝐑】

【𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗𝐗𝐕𝐈𝐈: 𝐅𝐎𝐑𝐓𝐀𝐋𝐄𝐙𝐀 𝐈𝐍𝐓𝐄𝐑𝐈𝐎𝐑】

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—Mi pequeño... —la voz de Kuchel hizo que Levi se sobresaltara— Has sido un hombre tan valiente —expresa con nostalgia mientras acaricia su rostro con delicadeza.

El pelinegro sentía curiosidad por ver el rostro de su madre, pero la pesadez en sus ojos no le permitía que el satisfacer aquel capricho.

—No hagas mucho esfuerzo o podrías lastimarte —advirtió la mujer.

Aquel impacto había causado una hemorragia en el brazo derecho de Ackerman, haciendo que su lucidez mental fuera desvaneciéndose poco a poco.

—Mamá... —titubeó Levi con la esperanza de que Kuchel realmente estuviese ahí— Te extraño, no quiero volver a estar solo.

Con ayuda de las yemas de sus dedos, la pelinegra acaricio el cabello de su hijo de la misma manera que lo hacía cuando Levi era un niño.

—Yo también te extraño mucho, hijo —confesó con melancolía.

—Siento que me estoy quedando solo —manifestó el azabache con la voz entrecortada—. Todos mis esfuerzos por proteger a la gente que me importan han sido en vano.

Kuchel estaba consciente de las múltiples ocasiones en las que Levi deseó acabar con su vida por un sinfín de razones, y esta vez no era una excepción. Con cada día que transcurría sentía que su vida perdía el sentido, ya que a lo largo de su existencia presenció la muerte de muchos familiares y colegas.

Todos creían que aquellas muertes no lo habían afectado en lo más mínimo puesto que nunca hizo un comentario al respecto, pero durante las noches aquellos recuerdos lo perturbaban.

—No te rindas, Levi —rogó—. Acá abajo tienes muchas personas a las que les importas, así que, ten en cuenta que si piensas tirar la toalla vas a dejar un enorme vacío en sus corazones. Sé que estás cansado, mi amor, pero tienes que encontrar tu fortaleza interior; por Erwin, por Hange, por tu escuadrón, por _______... —al escuchar aquellos nombres la piel de Levi se erizó, haciendo que de alguna u otra forma se cuestionara las razones por las que se quería rendir— La decisión está en tus manos, hijo —susurró cerca de su oído para posteriormente dejar un beso en su sien.

Levi estaba consciente de que si moría se quitaría un peso de encima en cuanto a sus enemigos, sin embargo, dejaría completamente destrozado el corazón de su amada.

Una vez que tomó su decisión, supo que no había vuelta atrás...

—Mamá —llamó Ackerman— no me dejes solo otra vez, por favor.

Kuchel esbozó una dulce sonrisa y llevó la palma de su mano al pecho del azabache.

—Sin importar a donde vayas, estaré contigo.

DANGEROUS © | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora