Capítulo 32: ¿Por qué te vas?

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【𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗𝐗𝐗𝐈𝐈: ¿𝐏𝐎𝐑 𝐐𝐔𝐄́ 𝐓𝐄 𝐕𝐀𝐒?】

【𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗𝐗𝐗𝐈𝐈: ¿𝐏𝐎𝐑 𝐐𝐔𝐄́ 𝐓𝐄 𝐕𝐀𝐒?】

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Había pasado una semana desde la desaparición de Levi y aún no había noticias al respecto. Traté de convencerme a mí misma de que tarde o temprano aparecería, pero con el paso del tiempo desistí de aquella idea.

Erwin consideró múltiples opciones para localizar a Levi, pero con el paso del tiempo terminó descartando todas las ideas por falta de indicios. Él pensaba que quizá en la ciudad encontraría alguna pista que los guiaría hacia el azabache, así que le dio la orden a todos los presentes para que volvieran a sus respectivos hogares en lo que el rubio trataba de encontrar una respuesta a todas sus interrogantes.

Salí de la cabaña con mis pocas pertenencias y Erwin las tomó para acomodarlas en la maleta de su vehículo. Noté que el escuadrón de Levi estaba a punto de marcharse, así que me acerqué para despedirme de ellos.

—Que tengan buen viaje —dije abrazando a Petra.

—Igualmente, t/n.

En cuanto nos separamos del abrazo, el escuadrón de Levi se retiró y nosotros no fuimos la excepción. El trayecto fue un poco silencioso y para tratar de alivianar el ambiente, Erwin optó por poner algo de música en lo que se dirigía a la casa de Hange con el propósito de pasar buscando a Blue.

—Es esa casa de allá —señala con su dedo índice una de las tantas casas que había en el vecindario.

—¿La del pasto seco?

—Sí, esa misma —me quité el cinturón de seguridad y abrí la puerta del copiloto—. Si no te importa, me quedaré aquí. Necesito hacer una llamada.

—No se preocupe, no me tardaré.

Mientras caminaba en dirección a la casa de Hange, decidí llamarla para que saliera, pero nunca contestó, así que no me quedó otra opción más que tocar el timbre hasta que salió. Noté que una parte de su rostro estaba cubierta por vendas adhesivas de Hello Kitty las cuales trataban de ocultar los arañazos de Blue.

—¿E-Estás bien, Hange? —pregunté con preocupación, detallando un poco más de cerca su rostro.

—Sí, no preocupes... —hizo un ademán con la mano para restarle importancia a la situación— Tuvimos un par de diferencias a la hora de asearla, pero no fue nada grave.

Hange sacó con mucho cuidado la transportadora de Blue junto con el resto de sus pertenencias hasta la puerta principal.

—Muchas gracias, Hange —dije algo apenada— y disculpa el inconveniente.

—No te preocupes, no fue la gran cosa —esboza una tenue sonrisa y se despide de mí.

Subí las cosas de Blue al coche de Erwin e inmediatamente se puso en marcha en dirección al apartamento. Creí que continuaríamos con aquel incomodo silencio hasta que el rubio tomo la iniciativa de hablar.

DANGEROUS © | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora