Capitulo V

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𝑉

🌊

—¿Estas segura de esto?—preguntó poniéndose el cinturón.

—No, pero tengo que aprender—contesté con las manos en el volante del carro.

—Solo no choques.

—No prometo nada, chico castaño—arranqué el carro.

Digamos que tengo casi 18 años y no se manejar, o tal vez si se pero mi abuelo no me deja agarrar el carro ya que tenia miedo de que lo chocará. Pero hoy, logre que mi abuelo me prestara el carro.

Un gran logro para mi y no dude en decirle a Chris que fuera mi copiloto, para que calificara mi manejar, aunque no es muy bueno que digamos.

—Mar...—habló Chris agarrándose del asiento.

Tan mal manejo.

—Mande.

—De ten el carro.

Lo detuve, se podía ver perfectamente su cara de espantado.

Pobre Chris.

—¿Tan mal manejo?—pregunté.

—Sabes, jamás vi a alguien manejar tan mal.

—¡¡Oye!!, yo no manejo mal.—le di un leve golpe en le hombro.

Bueno tal vez si, pero no tanto.

Suspiró—Te enseñare, pero tienes que ir a clases de manejo, las necesitas—dijo para luego darme instrucciones—pon el pie...aquí.

Le hago caso en todo lo que dice y en las instrucciones.

—Bien, ahora, da la vuelta.—me indicó Chris—ahora, trata de estacionarlo en ese lugar—señaló a un lugar del estacionamiento que estábamos.

Estaba estacionando cuidadosamente el coche, pero raspo en algo.

Oh por Dios, que no sea lo que estoy pensando.

—¿Qué fue eso?—pregunté.

—Creo que lo raspaste con el poste—Chris soltó una pequeña risa.

¿Le parece gracioso?

—No te rías, esto no es gracioso—apagué el carro y me baje a verlo.

Y ahí estaba, el raspón del coche, no era tan grande pero, era el auto del abuelo.

—¡¡Que hice!!—subí mis manos a mi cabeza—El abuelo me matara.

—No es tan malo—comentó Chris con una leve sonrisa burlona.

Le divierte mucho esto.

Pero a mi no.

Yo seré la que estará bajo tierra las próximas 24 horas.

—Deja de burlarte de esto o sino tu hermosa, perfecta y suave cara terminara muy mal—advertí.

El solo levanto las manos exhibiendo una sonrisa divertida.

—Así que, hermosa, perfecta y suave cara, ehh—levantó una ceja mientras trazaba una sonrisa coqueta.

Me puse roja, me alegro que fuera de noche y había poca luz.

—¿Qué haremos con el coche?—ignoré lo que dijo Chris, no quería ponerme más roja, si es que más se podía.—Si se lo llevo así, no viviré para contarlo.

—Bien, regresemos a tu casa, te ayudare—me quitó las llaves del coche.

Subí al coche—Gracias.

—No te dejare sola en esto, no quiero que te regañen.

Sonreí ampliamente al escuchas esas palabras, mi corazón se acelero y en mi estomago había esas tal mariposas.

¿Qué me esta pasando con el?

🌊

Estábamos por bajar del auto pero vemos a mi abuelo recibiendo un paquete, mis nervios aumentaron más.

¿Cómo se lo diría?

Hola abuelo, se raspo un poco su auto. No, no, no, no le diré así.

Estaba metida en mis pensamientos pero la voz de Chris me devolvió a la realidad.

—Tranquila, no es para tanto. Solo es un pequeño raspón, se puede arreglar. —trató de tranquilizar.—Bien hora de bajar.

Salió del auto al igual que yo, mi abuelo nos miro y sonrió.

—¿Cómo les fue?—preguntó dulcemente.

Lo dulce se le va a quitar cuando le diga.

—Muy bien, gracias—contestó Chris, lo cual le agradezco.

Yo solo asentí con una leve sonrisa.

—A-abuelo, tengo algo que decirle...por accidente rasp... —Chris me interrumpió.

—Yo raspe por accidente su coche.

¿Que?, ¿Por que dijo eso?

—Oh...Esta bien, veamos que le paso.—contestó tranquilamente. 

Fuimos a su coche y vio, mi abuelo se noto tranquilo, sin ninguna pizca de enojo.

—No debiste decir eso—susurré para que solo Chris escuchara.

—Te dije que no dejaría que te regañaran— contestó susurrando. 

No sube que decir.

Chris es el único que me deja si palabras.

—Se puede arreglar, gracias por ser honestos conmigo y gracias Chris por decir que tuviste la culpa cuando fue Mar.

—Abuelo...

—No pasa nada Mar, se puede arreglar.—me dio una media sonrisa.

—Lo sentimos mucho, pero no quería que regañara a Mar.—explicó Chris.

Mi abuelo soltó una pequeña risa— No la iba a regañar, Mar, a veces es un poco dramática en algunas cosas, te acostumbraras.

—¡¡Abuelo!!, no soy dramática.

Mi abuelo y Chris soltaron una carcajada a lo cual yo los fulmine con la mirada.

—Bien, hora de descansar, Gracias Chris por traerla a casa, los dejo que se despidan— mi abuelo se metió a la casa.

—Nos vemos mañana pantuflas de ovejita .—me volteó a ver.

Pensé que se le había olvidado lo de las pantuflas.

Claro que no se le olvido.

—Nos vemos mañana chico castaño— me despedí —Y Gracias.

—No es nada—me sonrió cálidamente.

El se fue y yo cerré la puerta y me dirigí a mi habitación.

Las palabras de Chris resonaban en mi mente.

>>No te dejaré sola en esto, no quiero que te regañen.<<

Tal vez, me emociono por eso, pero es la primera vez que alguien me dacia algo así.

En la orilla del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora