Capítulo XX

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𝑋𝑋

🌊

Ese día de la competencia Chris me marcó por la noche diciéndome que si nos podíamos ver en el muelle y claro, yo dije que si. Así que salí de casa, avisando al abuelo que saldría y mi padre no estaba, ya que el tenía su propia casa en La Costa y simpre que venía solía quedarse en su casa, ya que él venía por un día y al otro se iba, y así sucesivamente.

El camino al muelle fue corto, en sí, la casa queda cerca de la playa y la playa queda cerca del muelle por así decirlo. A lo lejos se podía escuchar la música que sonaba por la noche en el centro de la ciudad, el lugar más lleno de vida. También se podía apreciar las estrellas, hasta las más grandes hasta las más pequeñas pero eso sí, todas relucían, hasta la gran luna llena de luz que reflejaba en el mar.

Cuando llegué pude apreciar al chico castaño sentado dándome la espalda. Me acerqué más a él y tomé asiento al lado de él y puede ver lo que se llevaba su atención. Era el collar que había tomado antes de salir de casa para ir a la playa.

—Hola chico castaño—saludé, apreciando su hermoso perfil.

Si que es apuesto este chico.

—Hola, Pantuflas de ovejita—su vista se dirigió a mi—Se me olvido entregarte esto—me enseñó el collar.

—Ah, si, se me debió caer en algún momento, casi siempre me pasa con los collares o las pulseras. Y lo sé, soy muy...—Ay no, me estaba poniendo nerviosa y eso no era nada bueno—Lo siento, si toda un explicación y...

Sus hermosos, perfectos labios interrumpieron lo que sea que iba a decir. Después de captar que Chris me estaba besando, le seguí el beso que era lento, cada movimiento se notaba, su lengua rozando la mía, su agarré en mi cara y claro, subí mis manos a su cabello, acercandolo más a mi y profundizando el beso. Nos separamos por falta de aire, creo que es obvio.

—No dejabas de hablar y tuve que callarte.

—Esa es tu..¿excusa?—ladeé para un lado la cabeza divertida.

—No, pero fue en parte y la otra parte quería volver a probar tus dulces labios salados—acarició mis labios con su dedo pulgar causando algo en mi.

—Ya veo—entonces, agarré a Chris del cuello y lo acerqué más a mi.

Estando a centímetros de besarnos le susurre contra contra sus labios:

—¿Me podrías poner el collar?

Él sonrió—Claro que si, Pooh.

Agarró el collar y yo me coloqué el cabello para un lado. Lo cálido del collar me dio a entender que Chris lo había tenido un gran rato en su mano.

Después de tiempo estando sentados en el muelle y mirando la luna y su reflejo en el azul del mar. Chris me dijo que se tenía que ir pero antes de eso me dio un beso y me murmuró:

—Perdoname—lo murmuró muy bajo, pero alcancé a escuchar pero no le tomé tanta importancia.

—Te quiero, Mar—puso sus manos en mi cara—No lo olvides.

—Yo igual—vi directamente sus maravillosos ojos avellana.

Me dio una sonrisa tierna y antes de despedirnos y irnos cada quien a su casa, me dio otro largo beso.

🌊

Chris Taylor

La noche anterior había sido hermosa, bese repentinas veces a Mar, vi sus ojos, la vi a ella y con eso me llenaba de paz, ella lo hacía.

En la orilla del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora