Capítulo XXV

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𝑋𝑋𝑉

🌊

Con demasiada emoción, estaba esperando el 3 de diciembre. Y ya lo era.

Viajaríamos a la cuidad donde se encontraba el acuario de mis sueños. ¡Dios! Estaba muy emocionada.

En sí, visitar acuarios siempre me causaban una gran emoción pero ahora la emoción era aún más grande.

Es que simplemente amaba todo lo que tuviera que ver con el océano. Y  espero y deseo con todo mi corazón ser bióloga marina, que aparte de ser mi sueño y meta que tanto deseaba cumplir, también era el sueño de mamá. Gracias a ella, mi amor a los acuarios, a las cosas marinas o relacionado con ello, se hizo presente.

Recuerdo que todas las noches antes de dormir, mamá y yo hablábamos como sería visitar ese acuario.   

—Y cuando estemos ahí, lo primero que haremos será ver las medusas—mamá me cargó y me sentó en su regazo.

—Mejor las mantarayas—ladeé la cabeza.

—Pues veremos ambas—sonrió dándole un toque a mi nariz.

Tal acción me hizo arrugar un poco el ceño.

—Cuando sea grande, quiero ser bióloga marina ¿crees que lo logré?—pregunté mirando hacia la ventana.

  —Claro que lo lograras, mi pequeña Mar—me giró suavemente del mentón para verla—Recuerda, Mar. —me miró con sus lindos ojos azules—Tu puedes lograr todo lo que te propongas pero todo nunca llega por sí solo, tendrás que trabajar duro para llegar a ello. 

 —Lo recordare siempre, mamá. 

—Nunca te rindas, por favor—me dio un pequeño beso en la frente para luego acostarme.

Ten por seguro que no lo haré, mamá.

Antes de irse, me dio un pequeño beso en la frente y se marcho de la habitación. 

El sol que me daba me hizo despertar, al abrir mis ojos pude ver el prefecto perfil de Chris. 

—Y llegamos a Atlanta.—Chris anunció mientras seguía conduciendo.

Me tallé los ojos y miré un poco a mi alrededor.

—Wow...Se ve hermoso.

Me miró y sonrió.

—Puedes seguir durmiendo, todavía falta para llegar a nuestro destino.

—Prefiero observar la ciudad.—me acomodé mejor en el asiento. 

Él asintió.

La ciudad era hermosa. Durante el camino podía observar varias áreas verdes, al igual que hermosos vecindarios. Al ver que nos acercábamos más al acuario, mi emoción aumentaba.

Aún no podía creer que estaba a poco de pisar el acuario.

Pues empieza a creértelo. 

Eso trataba de hacer.

🌊

Chris había estacionado el auto y al estar en la entrada del acuario, mi piel se erizo por mi emoción. 

Ya dentro del acuario, todo se veía tan hermoso. Para empezar el recorrido, entramos a una sala donde había muchas medusas hermosas, haciendo recordar a mamá y su gusto por las medusas. Después pasamos donde estaban los peces, era de diferentes tamaños y colores y como niña pequeña me les quedaba mirando maravillada. Estando ahí, había un tipo de anguila que se le quedaba mirando al chico castaño, así que Chris decidió irse a ver otro animalito lo que me hizo reír.

—Solo es una anguila—él entrelazo nuestras manos.

—Una anguila que se me quedaba mirando fijamente—arrugó un poco el ceño.

Reí.

Seguimos caminado mientras mirábamos a más peces y animales marinos. 

Apenas llevábamos un poco del recorrido y yo ya estaba más que fascinada. Todo lo definía en hermoso.

Llegando a otra parte del acuario, había grandes matarrayas, tiburones, tortugas y entre más. Hubo una parte donde Chris se intereso más en los tiburones, bueno, desde que llegamos a esa parte del acuario Chris miro fascinado a los tiburones. Y lo que yo admiraba más eran las enormes y hermosas matarrayas.

—¿Te gustan los tiburones?—pregunté curiosa.

—Se podría decir que si. ¿A ti cual te gusta?

—La mantarraya.—respondí sin pensarlo. 

—Nada mal—me besó rápidamente y yo sonreí ante sus labios.

Y así pasamos el recorrido, preguntándonos cosas, platicando y yo diciéndole a Chris lo fascinante que era esto para mi. Admiré a cada animal y especie que veía y el amor por los océanos crecía aún más.

Una de mis partes favoritas, fue un tubo transparente, y era increíble, quede boquiabierta, y otra vez quede como niña pequeña descubriendo algo realmente asombrarte y ahí fue donde Chris me acercó un poco a él y me miró a los ojos.

—Aquí, en medio de esto. Quiero decirte que.... te amo, mar.

Te. Amo.

Dos simples palabras que para mi significaba mucho, y que las dijera Chris significaban aun más.

Mi corazón se acelero.

Lo que más me gustaba era que los dos compartíamos el mismo sentimiento. Sonreí y lo agarré de las manos.

—Yo también te amo, Chris.

Sonrió ampliamente,  y sus ojos avellana miraron los míos con amor.

—Sin duda somos en la orilla de mar.—murmuró.

—¿En la orilla de mar?—pregunté curiosa.

—La orilla es lo más próximo al mar y contigo es lo más próximo que siento a la magia—sonreí ante lo explicado—Pero contigo no tengo próximo, contigo lo tengo todo.

Lo amo totalmente.

—Entonces, somos en la orilla del marafirmé para luego sin poder resistirme un poco más y con el deseo, lo besé con amor y pasión. 

Estar con Chris y compartir uno de los momentos más importantes para mi, lo era todo. Y siempre estaría agradecida con él, por poder cumplir un gran sueño.

—Te amo, Mar Deyan—susurró al separarnos y pegó nuestras frentes.

—Te amo, Chris Taylor.

🌊

Bueno, el acuario no por nada era uno de los más grandes. Al terminar la increíble experiencia en el acuario, quede maravillada por la vida que habitaba en el. Una de las mejores experiencias que había vivido y parte de ser la mejor, me encanta más porque pude vivir esa experiencia con Chris, con mi chico castaño.

Y claro que nuevamente hice uso de la cámara que me regalo mi tía. En una parte del recorrido, nos detuvimos donde había demasiados peses y ahí fue donde nos tomamos una fotografía.

Saliendo del acuario, buscamos en el estacionamiento el auto. Al entrar en el, el calor abrazador me hizo cerrar los ojos. Chris manejo de regreso a La Costa ya que solo seria venir de visita al acuario aún que sí tardamos un poco en recorrer a la hermosa ciudad. 

Jamás olvidaría esta experiencia tan única. 

Gracias, chico castaño, por hacer posible esto. 

Mamá, cumplí nuestro sueño.













En la orilla del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora