Capítulo XIX

29 4 0
                                    


𝑋𝐼𝑋

🌊

—Mar, ya es hora de irnos—anunció el abuelo desde abajo.

La competencia de surf, otra de las cosas que le gustaban al abuelo y sin duda a mi igual pero a diferencia del él, yo no sabía surfear pero tampoco es un requisito para que me gustara.

—Si, voy—agarré un collar con una ola de mar dibujada y salí de la habitación para luego bajar las escaleras.

—Vamos, querida, Aurora y Ceci nos esperan en la playa—el abuelo tomó las llaves y salió de la casa, a lo que yo lo seguí—También tu padre nos alcanzará en la playa.

¿Él asistirá?

Sin duda lo que dijo el abuelo me sorprendió un poco, y como si leyera mi mente, el abuelo contestó a mi pregunta mental.

—Si, querida, él asistirá. Insistió en venir, espero que la competencia sea de su agrado.

Por lo que tenía entendido a mi padre no le gustaba el surf y al saber que asistiría me dejó un poco desconcertada y sorprendida pero decidí cambiar de tema.

—Abuelo, sabes que Chris y Adrián competirán—mencioné olvidando el tema anterior.

—Por lo que se, se inscribieron hace unas semanas. Y en realidad no me sorprende que lo hagan, son muy buenos al igual que su padre.—sonrió con orgullo, sacando su billetera, la abrió y me mostró una pequeña fotografía. En la foto, aparecía el abuelo un poco más joven y un chico con características similares a las de los Taylor.

—¿Él es su padre?—pregunté todavía con la fotografía en mano—Eras su maestro de surf.

Estaba sorprendida, aún que no tanto, sabía que el abuelo enseñaba surf y que había dado clases a muchas personas pero no pensé que le había enseñado surf al padre de los galanes.

—Así es, él vivió aquí durante mucho tiempo con su hermana, hasta que se fue a estudiar, luego se caso tuvo a Adrián y a Chris. Recuerdo que él me mandaba muchas cartas diciéndome lo feliz que estaba por el nacimiento de sus hijos.—sonrió al recordar—Hasta que hace poco falleció, Roman Taylor era un gran surfista y un gran padre. Y no tengo duda que él les enseño a surfear a sus hijos.

No tengo duda que fue un gran hombre, me hubiera encantado conocer a Roman Taylor, realmente no pensé que él padre de los galanes fuera un amigo muy apreciado por mi abuelo. Ahora la fotografía que se encontraba en el marco de la sala cobraba sentido, ya que Chris muchas veces se le quedaba viendo.

—Se escucha que era una gran persona—comenté a lo dicho anteriormente.

El abuelo guardó la fotografía de nuevo y retomamos el camino a la playa.

—Lo fue pero como todos, tenía sus equivocaciones—habló después de un tiempo.

Después de caminar por unos pocos minutos, llegamos a la playa, donde se encontraba esta llena de gente.

—Aurora y Ceci deben de estar en una carpa de color azul. Yo estaré en la mesa del jurado—el abuelo me dio un apretón en la mano para luego caminar y perderse entre las personas.

Y así empezó mi búsqueda para encontrar a Ceci y a mi tía. Caminé pasando por varias personas, tiendas de campaña, carpas y sombrillas, que estas protegían a las personas del sol.

A mi vista llego una carpa azul, con varias sillas de tela y dos hieleras. Me acerque más a la carpa y pude ver que mi tía y Ceci se voltearon a verme.

Ellas llevaban puesto un traje de baño, mi prima uno blanco y me tía uno azul.

—Lista para ver a nuestros galanes—habló mi prima al verme llegar.

En la orilla del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora