🌊Epílogo🌊

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Sí en esta vida...

🌊

Chris Taylor

Una semana desde que se fue, una semana de necesitarla a mi lado, una semana desde que mi corazón se fue junto con ella...

Aceptaba que yo haría lo que fuera para que ella cumpliera sus sueños, sus metas y si esta era una de las maneras pues yo lo aceptaría.

Pero...

La extrañaba más que nunca y no sabía que hacer.

Estaba devastado, ella era tal solo lo que me hacia feliz.

Y ya no estaba conmigo y me dolía pensar aquello.

Me sentía vacío.

Pero, todo lo que estaba sintiendo valía la pena , porque yo estaba seguro de que ella sería la mejor bióloga marina.

—¿Estas bien?—Adrián entró a la habitación.

—¿Por qué no lo estaría?

—Porque tu lugar seguro, tu en la orilla del mar se fue.

Joder, si que dolía escuchar aquello y volver a sentir ese vacío.

—Retírate, por favor.

—Chris...

—¿Qué quieres que te diga? ¿qué me duele? pues si. No sabes como duele, me arde el pecho, tengo la sensación de haber perdido algo y es horrible—Desvíe la mirada hacia la ventana, el mar estaba muy tranquilo como siempre—Es una mierda sentir como tú mismo corazón se rompe.

Adrián solo me miró y no dijo ninguna palabra, a lo que yo continúe.

—Pero, jamás, jamás la detendría de cumplir tanto lo que ella anhela. Y si esta es la manera de lograrlo, pues que así sea. Por ella soportaría cualquier cosa.

—El destino los separo pero es el mismo el que los volverá a unir.

—Al diablo con el destino, ya me harto—solté.

Pero tenía razón, sí es que en esta vida estábamos destinados a estar juntos, solo era de esperar y que aquello que nos separo hiciera de las suyas.

Y sin esperar otra cosa, salí de la habitación. No me encontraba bien...

Quería que ella cumpliera su sueño pero a la vez quería tenerla a mi lado, quería saber que no se había ido, pero la realidad era otra, Mar ya se encontraba a kilómetros de mí.

Lo más rápido que pude baje las escalera, pase la sala y la cocina para luego encontrarme con aquellas escaleras. Al bajarlas llegué a ese hermoso lugar.

Aquel lugar, donde se podía encontrar el agua azul y cristalina me hizo recordar a sus hermosos ojos, llegando a mi memoria su mirada y sin evitar me acerque a la orilla del mar y sin importar que me mojara, me senté y comencé a llorar.

Nunca había llorado por alguna persona.

Nunca digas nunca, Chris.

Pero aquella persona no era simplemente eso, una persona, sino que era mi lugar, mi pantuflas de ovejita, mi todo por así decirlo y sí, en tan solo algunos meses ,Mar, se había convertido en una gran parte de mi vida.

Las pequeñas olas del mar me envolvieron mojando cada parte de mi.

El agua cálida, como su sonrisa que ella daba siempre.

El mar me recordaba tanto a ella.

Eso era jodidamente doloroso.

Pero el mar era una de esas hermosuras que no podías dejar de ver, igual que a ella.

En la orilla del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora