Capítulo XIII

46 4 3
                                    

EL INICIO DEL BAILE

𝑋𝐼𝐼

🌊

Finalmente se había acabado la tormenta—de echo un poco antes de lo esperado—y queda un día para el baile. Ceci esta bastante emocionada. Mi abuelo en la mañana tuvo que asistir a la playa con la señora Cata y mi tía para poner de nuevo los arreglos.

Y yo pues, estoy bien, con una prima muy emocionada a lado de mi que no para de hablar con sus amigas sobre el baile, pero estoy bien, oh y Ceci mi querida prima, me envió finalmente la foto.

Ahora tenía que estar soportando los chillidos de emoción de mi prima y de sus amigas. Con decir que apenas podías soportar a mi prima.

Digo, esta bien que se emocione, pero no tanto. Se que este baile se da cada dos años y que también es importante para todos los que vivimos aquí. No voy a negar que no me gusta el baile, es decir si me gusta pero no me emocionó tanto, lo único que me emociona un poco es que sea mi primer baile después de siete años.

—¿Listas para mañana?—Entró a la casa mi tía Aurora.

—Yo si mamá—se apresuró a contestar Ceci sin despegar la vista del teléfono.

—Supongo—alce los hombros bajando las escaleras.

—Bien. El abuelo tardará en llegar y yo tengo que volver a la playa para seguir con los preparativos.—mencionó mi tía mientras dejaba unas bolsas en el sillón.—. Se duermen temprano y cenan, las quiero. —nos da un beso en la cabeza a cada una para luego volver a cerrar la puerta.

Después de rato de que mi tía se fuera me empezó a dar un poco de hambre.

—Prepararé unos cereales.—mencioné levantándome del sillón—¿Quieres unos Ceci?.

Ella negó con la cabeza y ya que seguía platicando con sus amigas.

Mientras preparaba mis ricos cereales de chocolate mi celular vibró.

El nombre del chico castaño salió en la pantalla, contesté el teléfono y me lo lleve a la oreja.

—Hola, Pooh—me saludo a través de la línea.

—Hola.

—¿Emocionada?

—Algo, mi prima es la que está más emocionada—contesté mientras que a lo lejos se escuchaba la emoción de Ceci y sus amigas.

—Mucho diría yo—soltó una leve risa.—Sabes...eres la única persona que oigo que no se emociona tanto por el baile. ¿Alguna razón?

Cierto.

—No—mentí.

—Se que estas mintiendo, pero no insistiré.

—No estoy mintiendo—él soltó una risa—Dejemos de hablar de esto, ¿Que has hecho?.

—Terminé de pelear con mi mamá—dijo sin darle importancia.

Vuelvo a decir, al chico castaño si que le gusta no darle importancia a las cosas.

—Pero... ¿por qué?, claro, si se puede saber.

—Por algo que según es importante pero para mí no lo es—explicó sin tomarle importancia.

—¿Tu no les tomas importancia a las cosas?

—Me lo estás preguntando o afirmando.

—Ambas.

—Estonces si—sabía que tal vez ahora mismo tenía una sonrisa divertida.

Estuvimos un gran rato platicando de cosas sin sentido alguno, con él es fácil tener platica, me puedo soltar más con él que con mi prima u otra persona.

En la orilla del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora