𝘾𝙖𝙥𝙞́𝙩𝙪𝙡𝙤 𝘿𝙞𝙚𝙘𝙞𝙨𝙞𝙚𝙩𝙚

37 5 0
                                    

Justicia

Austin Ron

Martes

Hoy es el día que tanto he esperado, por obvias razones mi casa no fue el centro de búsqueda esta vez. Sin embargo, le pido a mamá que revise su teléfono esperando noticias de mi amiga.

Llegamos a la casa de los Briz, el señor Jacob nos abre la reja de su patio para que el auto entre. La vista del lugar es horrible, sé que mis padres piensan lo mismo, ya que antes de bajar ambos voltean a verme como diciendo "¿de verdad llegabas hasta aquí?"

Solo les sonrío y asiento, bajamos los tres y mi padre es el primero en saludar estrechando la mano del señor Jacob, después mi madre y cuando llega mi turno recibo una mirada no muy grata a la cual respondo sonriendo. No sabe cuánto me está ayudando en mi plan estancado. Con todo lo que ha pasado no he tenido corazón para pedirle ayuda a mis amigos.

—Pasen, mi familia espera.

Dentro saludamos con su madre, quien me da una mirada severa a la que respondo con una sonrisa. Lo mejor de todo es cuando veo a Mónica, se encuentra sentada en la vacía sala jugando con sus manos.

El aire se me va cuando levanta la mirada para encontrarse conmigo, se ve hermosa y termino por congelarme cuando se levanta y camina hasta mí. Papá me codea para que reaccione, mi madre se encuentra a mi lado izquierdo.

—Bien, ya que nos encontramos todos podemos iniciar —habla su madre—. Les presento a mi hija, Mónica Briz.

Ella se encuentra en la misma posición que yo, en medio de sus padres.

—Les presento a mi hijo, Austin Ron —mi mamá habla.

Le sonrío a Mónica y ella me devuelve la sonrisa con las mejillas teñidas de rojo.

Pasamos al comedor y nos ubicamos frente a frente, sus padres son los primeros en hablar sobre el acuerdo y poner condiciones, los míos responden a cada condición que ponen, pero la verdad no les presto atención, solo me enfoco en la castaña que me sostiene la mirada.

—Entonces denos unos minutos para discutirlo con nuestro hijo —papá se levanta con tono molesto—, vamos.

El señor Briz nos pide que usemos su sala y mi mamá me lleva casi arrastrando hasta uno de los sofás.

—Hijo, ¿cómo quieres que pongamos condiciones justas si no escuchas nada de la reunión? —me regañan, pero yo no despego la vista del comedor.

—Ni lo intentes Nadia, está hipnotizado —papá habla con burla antes de tomar mi cabeza y girarla—, pero debemos concentrarnos.

Suspiro y saco una hoja de mi bolsillo, desde que ese acuerdo llegó a mi casa empecé a pensar en las condiciones, mis amigos me ayudaron con algunas.

—Yo ya vine listo papá —les entrego la hoja que ambos revisan con cuidado—, no son muchas, pero sí las más importantes.

Ambos levantan la vista hacia mí y me dan una sonrisa cómplice.

—Me parecen perfectas —mamá habla poniéndose de pie.

*

Mónica Briz

—No va a ser fácil —mi madre rompe el silencio—, ellos no van a aceptar las condiciones.

—No confían en nosotros.

—Ni yo —susurro viendo hacia la sala donde se encuentran los Ron hablando tranquilamente.

Minutos después, los tres se levantan y vuelven a sus lugares.

—¿Listos para firmar?

—No tan rápido señor Briz —la señora Nadia habla con soltura—, así como ustedes nosotros tenemos nuestras condiciones.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Una historia sin nombre [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora