— ¿Necesitas algo? — Era la pregunta que Shōyō iba a formular, pero alguien más se adelantó. Hinata pudo sentir un brazo pasar sobre sus hombros, la persona a su lado era definitivamente mucho más alto que él.
— ¿Acaso Hinata no puede defenderse sólo que tienen que venir sus amigos a salvarle? — El pelinaranja soltó una risa nasal al escuchar al contrario.
— Por supuesto, mi defensa es tan mala que por eso hoy amaneciste mágicamente con una venda en tu nariz. — La sonrisa de Daishō desapareció. — ¿Puedes simplemente dejarme en paz? No recuerdo haberte hecho algo para que comenzaras a molestarme a mí y a Tobio.
— Claro que hiciste algo. Hiciste más de lo que debías.
— Eso no fue culpa de Hinata. — El ojimarrón finalmente pudo observar a su 'protector' una vez que este dio un par de pasos hacia adelante, enfrentando a Suguru.
Cabellos rojizos, piel blanca y contextura delgada. Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Shōyō al reconocer a su salvador.
— ¿Debería de recordarte quien comenzó los problemas con Kageyama? Uhm~... Sí, estoy seguro de que fue Yachi. — Daishō apretó sus manos en un par de puños. — No es culpa de Hinata que ella haya sido expulsada por sus malas acciones.
Satori palmeó un par de veces el hombro del peliverde antes de pasar una vez más su brazo sobre los hombros de Shōyō, guiándole a la salida.
— Muchas gracias, Tendō. — Agradeció Hinata.
— No es nada, no es nada. — Sonrió el mayor, soltándole de su agarre. — ¿Has tenido problemas con esa serpiente? Escuché que le has dado una paliza.
— Oh, no fue para tanto. — Negó el menor. Al escuchar murmullos, fue inevitable girarse para ver qué sucedía.
¿Qué más podía suceder si no era su pareja caminando hacia él con una expresión molesta?
— ¿Te ha hecho daño? — Preguntó casi de inmediato una vez estuvo frente a frente con su pareja. Hinata sonrió y negó.
— No te preocupes, Tobio, Tendō me ha ayudado a deshacerme de él, estoy bien. — El ojiazul miró al pelirrojo quien sonrió moviendo su mano de un lado a otro como saludo.
— Gracias. — Fue lo único que dijo el azabache antes de tomar a Hinata por la cintura y comenzar a llevarle a la banca nuevamente.
Satori se despidió con una enorme sonrisa, moviendo su mano de un lado a otro antes de verse mezclados con toda la multitud de estudiantes que allí había. Al llegar a la banca en donde usualmente el ojiazul tomaba su desayuno, Hinata le entregó su desayuno a Kenma, quien se encontraba ahí sentado, jugando con su teléfono.
— Siento la demora, hubo un pequeño problema, pero todo está bien.
— Ya veo. — Kozume tomó su desayuno, y después de agradecer, comenzó a comer.
Kageyama, al parecer, ya había terminado de comer, por lo que solamente se dedicó a observar al pelinaranja o a brindar miradas molestas a quienes pasaran por allí y miraran de más a su pareja.
— Después de ir a la heladería, hagamos el proyecto pendiente. — Habló Tobio, Shōyō le miró por unos segundos, y aun con sus mejillas llenas de comida sonrió y asintió.
~❃~
— Siento la demora. — Yamaguchi fue el último en llegar junto a su pareja, tomados ambos de la mano.
— No te preocupes, acabamos de llegar. — Respondió Hinata, caminando junto al pequeño grupo en dirección a la heladería cercana a la universidad. — ¿Qué tal las cosas, Yamaguchi?
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𝑻𝒉𝒆 𝒄𝒐𝒍𝒅-𝒆𝒚𝒆𝒅 𝒃𝒐𝒚 - 𝑲𝒂𝒈𝒆𝑯𝒊𝒏𝒂
Teen FictionÉl tenía unos ojos que parecían no querer vivir un día más, el otro tenía unos ojos llenos de vida que alegraban todo a su alrededor. "(...) Sus ojos azules se posaron sobre él durante unos segundos, estos parecían demasiado inexpresivos, como si re...