Volví

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T/n

Lo  amo...

Solo lo miro a los ojos y veo como todo tiene sentido, veo como me engaño y ahora tiene a una arpía de novia. Este hombre es capaz de hacerme daño con tal de que todo su mundo no se derrumbe, estoy harta de que solo piense en él y en sus cosas, pero se acabo. 

—Lo siento por no recordarte, de verdad yo...

—No es tu culpa, pero antes de que hables — Lo miro atenta y él suspira. — Yo me acosté con otra tipa — Mi mirada se nubla y mi corazón se rompe. — De verdad perdóname.  — Empieza a llorar y se arrodilla. 

—¿Por que me hiciste eso? — Me alejo de él y llora con mas sentimiento. 

—Me mandaste al diablo, y me enoje tanto que me rendí — Habla y veo el dolor en sus ojos. —Estabas con Diego y el hecho de que durmieras con él me daba tanta impotencia y cuando me rechazaste una vez más, solo quise irme y olvidar el dolor, me emborrache y llame a Celis...

—¡Celis! — No lo puedo creer, esto es nefasto. — Solo quiero que salgas de aquí.

—T/n lo siento mucho. —Se acerca a mi y llora.

—Que te largues o ¿No entiendes? — Agacha la cabeza y pasa por mí lado, mi corazón duele, pero lo entiendo, esto debe haberlo vuelto completamente loco, no quiero hacer algo estúpido que lo lastime más, pero no lo perdonaré tan fácil. Llega al umbral de la puerta y se detiene.

—No olvides que hoy es la reunión de los asociados del viejo, dará una cena y te ofreciste a cantar en ella. — Asiento dándole la espalda.

—Ok gracias, no olvides que las corbatas están en el cajón a la derecha de abajo de la ropa interior. —Puede que esté muy enojada, pero es mi Cinco y quiero que este presentable.

Además las corbatas le sientan muy bien, se ve muy sexy y más si tiene el pelo a un lado y esa boquita... NO T/n estas enojada con él.

[...]

Ya pasó una hora desde que Cinco salió de aquí, no he podido preguntarle que vestido me pondré, necesito su ayuda, pero creo que no quiere venir por miedo a que lo eche, solo tengo que respirar...

Tocan la puerta.

—¿Si? — Nadie responde y me pongo nerviosa. — ¿Quien es?

—Soy yo — Lo escucho y sonrió. — ¿Pu-pu-puedo pasar?

-Si. — Sigo enojada. Abre la puerta y lo veo dudoso.

—Me preguntaba si podías ayudarme —  Lo miro y me acerco para ponerle el corbatín.

Solo me mira y yo me pongo algo nerviosa o mas bien ansiosa.

Le pongo el corbatín y me alejo.  — Gracias. — Habla en voz baja la cabeza supuesto a salir, pero soy mas rápida y cierro la puerta. — ¿Qué sucede?

—Ahora necesito tu ayuda — Me mira nervioso y yo me quito la bata de baño. Él traga saliva. — Necesito elegir un vestido. — Asiente y voy al armario y me pongo uno rojo pegado al cuerpo y ceñido en la cintura. — ¿Qué tal este?

—No, van a venir hombres pervertidos, no te pondrás eso. — Mira a otra parte y  yo sonrió. 

Me lo quito y él solo me mira.  Me pongo uno amarillo corto y escotado en la espalda.

—¿Y este? — Su cara me lo dice todo, no quiero que lo use, es mas creo que quiere que lo queme. — Ok no. — Me lo quito y cojo uno rojo con escote de corazón y pegado al cuerpo, es largo y tiene una abertura en la parte derecha, me cubre el escote con una tela si transparente de tono claro.

Lo que pasa en la academia Umbrella ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora