❦"Te salvaré"❦

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De noche, cuando los guardias terminaron de dar su vuelta por dónde estaba Suga, Calixta aprovechó la oportunidad para salir detrás de la barda y sentarse frente a él con el corazón palpitando a mil.

— Hey. —Suga levantó la cabeza como si tuviera sueño o hubiera bebido mucho vino. No respondió por unos segundos, solo sonrió. Sus ojos se encontraban vendados y lo único que podía mover con libertad era sus piernas, cosa que tampoco era muy útil al estar atado contra un poste.

— mmm, una voz femenina que no trasmite ni miedo ni odio, un poco hueca como el cerebro de la persona que la posee... Eres Calixta ¿A qué le atiné?

— veo que estar amarrado de manos no contagia tu lengua.

— Las circunstancias no cambian la forma de ser de uno. A no ser que lo permitas... Dime, ¿A que se debe el honor de que una señorita me visite? ¿Es mi cumpleaños?

— Suga...

— ¿Que? ¿Vas a llorar? No eh parado de verte llorar en días, que bueno que no puedo ver, debo agradecerles a los que me pusieron está cosa húmeda y rasposa.

— Lo siento — murmuró, succionando sus mocos — mi amiga acaba de morir, realmente... No estoy lista para ver partir a alguien más.

— oye, oye, oye, aún estoy vivo.

— ¿Que voy a hacer sin ti, Suga?

— Te repito, aún estoy vivo.

— A pesar de tu personalidad eras tan buena persona y además aún eras joven... Dae-hyun y Sun-hee aún te necesitaban...

— ¡No me mates aún! — gruñó, dando paradas al aire. Cuando se detuvo, Calixta simplemente no se lo pensó para abrazarlo.

— Es broma — susurró — pero en serio... Que estés aquí ahora me tiene muy preocupada.

— ¡Oye, suéltame!, si alguien vine y te ve no dudarán en arrestarte igual que a mí.

— Tienen que dar una vuelta para regresar, tengo tiempo.

— Bueno... De todas formas esto es incómodo.

— Que lastima, no tienes brazos para impedirme abrazarte.

— Pero tengo piernas, ¿quieres una cita de mi rodilla con tu panza?

— atrevete. — Suga movió su pierna, pero se detuvo a la mitad del rodillazo y al final terminó por dejarlo caer en un suspiro. Calixta sonrió y lo abrazó aún más fuerte hundiendo su cara sobre el cuello de Suga.

— Ayuda, está es la peor tortura que eh resivido en mi vida. — rogó, en un tono de lamentacion.

— jajaja... Suga, voy a libérate.

— ¿Cómo se supone que lo harás?

— Dae-hyun me contó que ya está planeado ejecutarte cuando nos hayamos cambiado de cuartel, será algo así como una función divertida para cuándo todos hayan terminado de instalarse.

— Que divertido.

— Cuando nos cambiemos estarán faltos de personal, solamente pondrán algunos guardias, así que sacarte será fácil. Cuando lo hagamos tendrás que irte corriendo con Bitter, y no venir en un tiempo mientras te dejan de buscar aquí.

— Que buen plan, ¿No se te ocurrió a ti verdad?

— jajajaja, cada frase que sale de tu boca es tan cruel que si no te conociera me harías llorar otra vez.

A Suga sólo le daban pequeñas raciones de comida para mantenerlo con vida, por las noches pasaba por un frío tremendo y en el día lo dejaban ahí en el sol.
Algunos soldados estresados lo pateaban y abofeteaban de vez en cuando cuando pasaban por ahí simplemente para descargar su irá contra el.
Suga solía gritarles cosas como "malditos cobardes, me atacan de a varios aunque no puedo mover ni un músculo jajajaja", lo que sólo aumentaba el coraje y odio de los soldados.

Esclava en CoreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora