❣La oficina vacía❣

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Dos meses más han pasado ya, Calixta ha dejado de ser tan gruñona con Sun hee, y Dinosaurio puede disfrutar de otra compañía además de el y las cucarachas

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Dos meses más han pasado ya, Calixta ha dejado de ser tan gruñona con Sun hee, y Dinosaurio puede disfrutar de otra compañía además de el y las cucarachas.
Más que una rata aparece un perro, porque cada que alguien entra, corre a recibirlo.
Las cosas parecen haberse calmado, bueno, al menos al nivel de norcorea.
Ahora parece que norcorea y surcorea van a entrar en un nuevo pleito, pero mientras eso no abra una guerra, todo irá bien para cualquier coreano.

Calixta comienza como siempre llevando una tasa de té a una oficina realmente limpia y vacía.
Esta vez no se va de inmediato, mira el asiento vacío al otro lado del escritorio preguntándose porque durante todo este tiempo que lleva sirviendo el té todos los días no se ha encontrado con absolutamente nadie sentado ahí, o siquiera con alguna persona entrando o saliendo de esa habitación.

Ella mira a la ventana que se encuentra a su derecha donde los rayos del sol entrancon más dificultad que en otras oficinas o habitaciones. Además de el enorme árbol fuera de la ventana, la cortina color crema se encarga de tapar los pocos rayos del sol que pudieran entrar. El suelo es tan liso que si andas con prisa seguro te caerás sin tiempo a sostenerte de algo.

El lugar no tiene nada más que papeles y libros con signos extraños y palabras en inglés por todos lados. Es muy tranquilo, y debido a lo grueso de las paredes y el material de la puerta no entra ni él 30% del ruido de afuera.
Mira un poco más cerca de la ventana, y ahí, alcanza a ver a un pequeño animal que rápidamente subió el tronco a las ramas más altas, con tanta rapidez que no se pudo encontrar su forma.

— A pesar de todo, supongo que es una linda vista —suspiro mientras recargaba sus manos sobre la ventana —  que desperdicio que no haya nadie, es bastante cómodo... — «Aunque obviamente tiene que haber alguien, digo, todas las tardes vengo a limpiar la mesa y la taza está vacía...».

Al estar tan metida en sus pensamientos se le hizo imposible hacer algo más que dar un salto y girarse repentinamente cuando la puerta se habrío con un casi silencioso "click".
Es que acababa de entrar era nada más y nada menos que Shin Dae-hyun, el joven más importante del lugar, y aquel que en el primer día le apuntó a la cabeza con una pistola por haber derramado café sobre su ropa.

El corazón de Calixta se detuvo por un momento, luego comenzó a bombear tan rápidamente qué el sonido de sus latidos retumbaba en su cabeza. El joven la miró con una furia indestructible, frunciendo los labios se le acercó, y cuando se puso a un nos pocos centímetros de distancia apuntó a la puerta con su índice.

— «¿Que?... ¿Quiere que me valla?... ¡Pero por supuesto, yo me largo!» — sin pensarselo dos veces, hizo una reverencia y salió corriendo, sin darse cuenta que al golpearse la pierna con el escritorio la tasa de té se cayó haciendo un cochinero hasta el suelo.

Shin Dae-hyun miró el desorden, mientras pasaba una mano sobre su cara preguntándose si fue lo mejor dejarla ir así como así.

— «¡Joder, que miedo! !mi corazón me va a explotar! ¡No esperaba que alguien entrara ahí!» — cuando la adrenalina bajó, vio que su pierna concedía un moretón del tamaño de un limón — Lo que faltaba... Creo que corrí muy rápido. — de inmediato, un flashback de la cara de Shin Dae-hyun apareció en su cabeza — Bueno, ¿Quién no hubiera corrido al ver eso? ¡diablos!

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