❣"Te amo"❣

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Lo primero que Calixta hizo al levantarse a la mañana siguiente fue correr directamente a la oficina de Dae-hyun, abrió la puerta sin tocar y lo miró con total furia. Él aún no podía verla directamente a los ojos así que le contestó mientras miraba su computadora.

—¿A que se debe tu repentina aparición? Creí que me estabas evitando.

— Es tu culpa — declaró, a lo que Dae-hyun suspiró y apagó la laptop cerrándola suavemente.

— Ahora todo es mi culpa. Me gustaría saber al menos de que soy culpable, así podré declararlo abiertamente para ti.

— ¿Sabías que a sun-hee le gustaba Habana? — de pronto los ojos de Dae-hyun se abrieron por un segundo, altamente sorprendidos y murmuró en un tono muy bajo:

— Así que era ella...

— La nota que le enviaron a Habana... Era de sun-hee, el la llamó porque se le iba a declarar ese día, ahora se siente culpable de su muerte y es tu culpa.

— ¿Porque tengo que ser yo el culpable?

—¡Porque pudiste evitarlo! Te dije que podía tomar el lugar de ella ¡Y te negaste rotundamente! Ella pudo haber vivido, yo hubiera pagado por lo que le hice a Maya y Sun-hee no tendría que cargar con el peso de pensar que el la mató.

— Si lo hubiera hecho entonces yo sería el que estuviera cargando con el peso de haberte matado... Además, ¿Crees que sun-hee estaría feliz si hubieras sido tu la que hubiera muerto?

— Al menos no se sentiría así de mal — arta de que Dae-hyun no voltera a verla se colocó frente a él del otro lado de su escritorio, y golpeó el escritorio fuertemente con sus palmas, para inclinarse y estar más cerca de su cara — ¡La muerte del amor de su vida no se compararía a la muerte de una amiga, y menos cuando el se culpa de la muerte! ¡Si tan solo me hubieras escuchad-

Antes de qué Calixta pudiera decir una sola palabra más, Dae-hyun se levantó de su asiento, tomó la camisa del Calixta de la parte del pecho y la jaló hacia el para besarla. Calixta se quedó en shock cuando sus labios chocaron y se quedaron así por varios segundos.

—«Maldición, nunca te callas» — se dijo Dae-hyun.

Para cuándo Calixta salió del trance, su corazón comenzó a latir como loco, y su cuerpo sufrió una sobredosis de descargas eléctricas que la hizo retirarse al instante.

— ¿¡Porque hiciste eso?! — le gritó, con la cara colorada como jitomate.

— Porque me gustas ¿Porque más lo haría?

—¿¡Que?!

Dae-hyun hizo una mueca y la tomó de la muñeca, arrastrándola fuera a pesar de la resistencia de Calixta por salir corriendo. Cuando llegó fuera, Dae-hyun abrió la puerta de su carro y la tiró dentro de el, luego se sentó en el asiento del conductor y se puso en marcha antes de que Calixta tuviera la oportunidad de tan siquiera sentarse correctamente sobre su asiento en la parte de atrás.

— ¿A dónde me llevas tú, secuestrador?!

— Cállate y disfruta del hermoso viaje de carretera.

Calixta enojada le quitó el seguro a la puerta a lo que Dae-hyun aumentó la velocidad del auto.

— No voy a detenerte, si quiere saltar eres libre de hacerlo, pero una caída a esta velocidad podría ocasionar daños irreversibles, cómo hacerte quedar paralítica. — por el espejo de conductor Dae-hyun la miró y le sonrió de forma sádica con una aura sombría— Aunque para mí, mejor. Sí ya no te sirven tus piernas, ya no tendré que cuidar que no escapes.

Esclava en CoreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora