❣ Adiós❣

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Mientras el sol aún dudaba si salir o no esa mañana, Dae-hyun se dirigía a su oficina con unas hojas en la mano estando totalmente metido en sus asuntos de trabajo ni siquiera se dio cuenta cuando Calixta corrió detrás de él hasta que dió un pequeño salto sobre su espalda empujándolo y provocando que esté casi se cayera de frente.

— ¿Qué estás haciendo tan temprano? — suspiró.

— Nada, en realidad estoy algo preocupado por una amiga.

— Si, veo tu inigualable preocupación esparcidos sobre tu triste y deprimente rostro.

— .... gracias.

— Perdón si sonó como una clase de burla, pero lo digo en serio, se te ve que bastante mal. ¿Mencionaste a... Tu amiga? Acaso... ¿Ya lo sabes?

—¿Eh? ¿Saber que? ¿¡Algo le pasó?!

— Entonces no lo sabías... — Tapó su boca, como si hubiera cometido un error grave — Me tengo que ir, se me hace tarde para una reunión — de inmediato dió media vuelta dispuesto a irse lo más pronto posible, pero Calixta lo detuvo tomándolo de su ropa — Hablamos luego, estoy ocupado.

— ¡No! Tu sabes que le pasó, ¿Dónde está?

— Calixta...

— ¡Dime dónde está! — gritó, en un tono alarmante y preocupado. Dae-hyun dudó un momento si decirle o no, pero los ojos de ella le recordaban a el mismo cuando buscaba la forma de ver a su mamá desesperadamente de niño.

—... Ella... Esta en prisión. — Calixta abrió los ojos, sorprendida, aterrada y muy, muy preocupada. Soltó la ropa de Dae-hyun, con ojos vacíos —... Calixta.

—¡Liberala! — Exigió. En respuesta Dae-hyun suspiró y respondió:

—No puedo hacer eso.

— ¿¡Porque no?! ¡Ella no debe estar allí, sea por lo que sea que la hayan metido, es inocente!

— Puede que para ti no haya duda alguna de eso, pero para los superiores no es lo mismo.

— ¡Entonces haz que cambien de opinión! ¡Eres el capitán, ellos pueden escucharte!

— Lamentablemente aunque sea capitán... Sigo sin tener pruebas y el poder suficiente.

— Entonces... ¡Tomaré su lugar!

— ¿A qué te refieres?

— !Yo me haré pasar por ella! Maya lo hizo una vez conmigo. Puedes decir que se confundieron y que en realidad a quien tenían que atrapar era a mí y-

— Me niego.

— ¿Te niegas? ¿Cómo así?... ¿¡La dejarás morir?!

— Sí para salvarla debo sacrificarte, entonces sí, la dejaré morir.

— ¡No es justo! — gritó, derramando lágrimas al instante. — ¿¡Porque?! Ni siquiera estás intentando salvarla.

— Estás esperando que yo salve a tu amiga a consta de tu vida, es un precio que no estoy dispuesto a pagar.

— ¡Sun-hee estuvo dispuesto a sacrificar a Maya en mi lugar aquella vez! Es mi turno...

— Y me alegro de que sun-hee lo haya hecho, pero esto es diferente. Y nada de lo que digas me hará cambiar de parecer — Sin decir nada más, se dió media vuelta y se marchó a pesar de los gritos de Calixta detrás de el.

Calixta luego de ver qué no lo detendría corrió sin parar hasta llegar a las prisiones, y allí dentro buscó con desesperación a su querida amiga hasta que en lo más profundo, y húmedo del sitio la vio, sentada en una esquina abrazando sus piernas..

Esclava en CoreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora