❦Puente a sur corea❦

39 7 2
                                    

— Aquí está su café y su desayuno — dijo colocándolos sobre su escritorio frente a Dae-hyun

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Aquí está su café y su desayuno — dijo colocándolos sobre su escritorio frente a Dae-hyun.

—Gracias. —por primera vez Dae-hyun despegó los ojos de la computadora para mirar los ojos de Calixta. —¿Dormiste bien anoche?

—ah... Si. Gracias a que me ayudaste ayer pude dormir lo suficiente.

—Me alegro. —metió su mano dentro de un cajón bajo el escritorio y de allí sacó el teléfono colocándolo frente a Calixta —Toma, ya leí todas las fotos.

—¿No había nada importante? — preguntó, un poco ansiosa mientras intentaba tomar el teléfono.

—Nada de vida o muerte, por suerte. — mientras Calixta se sentía un poco decepcionada por no haber encontrado algo importante, Dae-hyun pensaba que era bueno que no hubiera nada del por qué preocuparse. —Espero Oh-kan no te la ponga difícil este día.

—Eso espero yo también —sonrío débilmente y salió de la oficina.

De nuevo esperó a que Oh-kan abandonara la oficina para tener espacio y tiempo para tomar fotografías, desgraciadamente eso nunca sucedió, y pasó el día siendo un completo fracaso para su misión.
Tenía que sacudir todos los días aunque casi no había polvo, y aún así su cuerpo se sentía sucio; desgraciadamente los baños calientes para las chicas se abría una vez a la semana, y la idea de compartir el baño con otra docena de mujeres seguía resultando bastante incómodo para Calixta.

Acarició su cuello intentando apaciguar un poco el dolor de este mientras pasaba por un solitario pasillo para dirigirse a su habitación. Justo cuando dio la vuelta dio un grito ahogado por la sorpresa de ver a Dae-hyun recargado en la barda sobre su espalda.

— aish... ¡Casi me matas de un paro cardíaco! ¿Qué estás haciendo ahí parado esperando como...? — «¿Como se dice acosador en coreano?».

— ¿Yo? —por su expresión daba la impresión de que ni siquiera él sabía que estaba haciendo ahí.

—Si, ¿Me dirás que llegaste aquí sólo porque tus pies te trajeron? Es obvio que vienes a algo.

—En realidad no tengo idea. — murmuró, mirando al suelo; después se giro a Calixta y le sonrió suavemente — por cierto ¿cómo te fue?

— fuera de que el cuerpo me pesa una tonelada estoy bastante... bien. Oh-kan no se ha comportado de forma tan agresiva como esperaba.

—Me alegro. —se alejó de la barda y pasó a un lado de ella — Nos vemos. — dijo, y se marchó.

Calixta lo siguió con la mirada un par de segundos «¿Y a este que le pasa?».

(Al día siguiente)

—¡Hey, cáliz! — saludó Sun-hee cuando aún era muy de mañana. Corrió por detrás de Calixta y cuando llegó a su lado le tocó el hombro como un saludo amistoso.

Esclava en CoreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora