— No te vayas — murmuró el menor, escondiendo un poco más la cabeza en su pecho.
— Horacio — le llamó — voy a volver — afirmó con seguridad, esbozando una ligera sonrisa.
— No lo sé... ambos sabemos cómo son estas cosas, Volkov. Nada es seguro. — las lágrimas amenazaban con salir, pero no quería llorar. No frente a él. No quería hacerlo sentir culpable de su llanto.
— Lo prometo — le despegó suavemente, dándose la vuelta y caminando hacia el perchero, en donde se encontraba colgada la chaqueta que había usado ese día.
Buscó un poco en los bolsillos, sonriendo con satisfacción al encontrar lo que buscaba. Sacó la pequeña caja, regresando hasta su pareja.
— Mira — llamó su atención.
— ¿Qué es eso? — preguntó curioso el moreno, mirando atentamente la caja.
— Una promesa — respondió, abriendo el estuche, dejando ver un par de anillos plateados, simples, pero elegantes.
Tomó uno de ellos, dejando la caja en la mesa del comedor. Sostuvo la mano izquierda del moreno, comenzando a deslizar el anillo en el dedo anular, ante la mirada fija del mismo.
— Te prometo... — tragó nervioso — te prometo que volveré, ¿sabes por qué? — el de cresta levantó la mirada, conectando sus bicolores con los grises.
— ¿Por qué? — preguntó en un susurro, aún sintiendo su corazón latir acelerado, como la primera vez que tomó su mano.
— Porque cuando regrese, cambiaré este anillo... — acarició suavemente el accesorio — cuando regrese, reemplazaré este anillo por uno dorado, con un pequeño diamante encima — sonrió un poco, sabía que su pareja entendería la referencia.
Las lágrimas inevitablemente comenzaron a escapar de los bicolores, aferrándose al pecho de su pareja mientras continuaba llorando.
Lo extrañaría, extrañaría todo de él. Cada detalle, cada mirada, cada beso, cada abrazo.
Se apartó un poco, viéndolo colocarse el anillo restante en su propio anular, sonriendo mientras recordaba aquel momento al que el ruso había hecho referencia.
"—Cuando nos casemos, quiero que mi anillo sea sencillo — habló emocionado el moreno, acurrucado en el pecho de su pareja — solo pido que sea dorado, y que tenga un pequeño diamante en la parte de arriba... al estilo francés — hablaba mientras observaba el dedo anular de su mano izquierda.
— Los anillos no tienen parte de arriba, Horacio, son redondos — respondió el ruso, ganándose un pequeño empujón del nombrado, dándole la espalda. Disfrutaba llevarle la contraria.
Desde afuera podría parecer un drama, pero en realidad, ambos sonreían ampliamente imaginando el día en el que ese anillo rodeara el dedo del menor."
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Volkacio Drabbles
RomanceHola, aquí iré subiendo algunos escritos cortos que haga. Los reuniré todos en el mismo libro, ya que son demasiado cortos como para crear un libro por cada uno. Espero que les gusten. <3