Volkacio Drabbles

La cura eres tú

Salió corriendo de aquel edificio, con los ojos aguados y la respiración agitada. Se había presentado frente a él, con el corazón en la mano y le había confesado lo que sentía.

Lo único que recibió fue un discurso innecesariamente largo sólo para decirle que no estaba interesado en él. Cada segundo dentro de aquel despacho, cada palabra con aquel marcado acento ruso, cada mirada que recibía, calaban como dagas directamente en su corazón.

Sabía que no era culpa del comisario no tener interés romántico en él, pero eso no hacía que el dolor fuera más tenue.

Se inclinó en el parking de comisaría, con ambas manos en sus rodillas, escondido tras una de las cortinas metálicas que nadie solía abrir, y finalmente lo soltó todo.

Tras un pesado suspiro, las lágrimas comenzaron a caer, gota tras gota golpeaba el suelo, ocasionando un sonido agudo y vibrante. Se limpió el salado líquido con una de sus manos, sólo para percatarse de un brillo peculiar que emanaba de éstas, un brillo que le recordó a las estrellas.

Miró hacia el suelo, viendo múltiples manchas de colores brillantes en los sitios donde sus lágrimas habían caído, colores que poco a poco se fueron apagando, convirtiéndose en diferentes tonalidades de gris. El shock de aquel fenómeno no le permitió asustarse, sino hasta que levantó la vista hacia el portón metálico, viendo cómo a través de las franjas que dejaban entrar la luz, todo seguía siendo gris.

Asustado, caminó hacia afuera, viendo todo a su alrededor, intentando encontrar algo de color en el ambiente.

No lo encontró.

El susto sólo le hizo llorar más, ahora no sólo tenía un corazón roto, sino que también había perdido la capacidad de ver lo que más le gustaba: el color.

Odió al ruso por hacerle aquel daño, pero se odió más a sí mismo por haber permitido que sus sentimientos florezcan hacia el hombre sobre el que todos les advirtieron.

"Because, even if they would have made him blind, it would remind him of him. And that was of the Star Tear disease."

El sonido cristalino de sus lágrimas, junto con el miedo y dolor acumulado en su interior, no le permitieron percatarse de los suaves pasos que se aproximaban hasta su posición.

Fue sólo aquellos ligeros toques en su hombro los que le hicieron darse la vuelta, levantando la mirada, aún asustado, para sentir su corazón doler aún más, si es que aquello era posible, al ver aquellos ojos grises observándole con tristeza.

- ¿Viniste a reírte de mí? – habló, con los pocos ánimos que le quedaban, intentando ocultar su vulnerabilidad como si sus ojos no estuvieran rodeados de un intenso carmesí y algunas lágrimas continuaran deslizándose por sus mejillas. Quería dejar de llorar, mostrarse fuerte, pero no podía.

- Nunca me burlaría de ti – respondió, suspirando pesadamente.

Se quedaron en silencio unos segundos, hasta que finalmente el ruso se animó a expresar aquello por lo que había ido a buscarle.

- Tengo miedo, ¿sí? – confesó – todas las personas que se me acercan terminan muertas o heridas, y no quiero eso para ti – su voz amenazaba con quebrarse – sólo... no quiero que te hagas ideas equivocadas – la cara de confusión del de cresta le incitó a continuar explicando – con lo que dije antes.

- No hay mucho de dónde equivocarse, me rechazaste – le enfrentó. No se dejaría humillar de nuevo.

- ¡Pero no dije que no me gustaras! – expresó frustrado – tú... sí que me gustas – confesó – sólo... tenme paciencia, por favor.

El moreno se quedó sin palabras, mirándole fijamente, intentando encontrar algún rastro de burla o mentira en su rostro, pero no había nada. Aquellas palabras eran sinceras, y eso reparó un poco su corazón.

Las lágrimas se detuvieron y el color poco a poco comenzó a volver a su mirada, sus ojos se abrieron en asombro, y, tras asentir suavemente con la cabeza, no pudo evitar saltar a abrazarle.

Sus sentimientos habían sido correspondidos, y con eso le bastaba. Esperaría el tiempo que fuera necesario para poder estar a su lado.

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Espero haber podido representar bien esta "enfermedad".

Sé que supuestamente los daños son irreparables (o eso leí), pero me gustó la idea del color regresando a H cuando le correspondieron.

Además no me veo capaz de hacerle sufrir así :( jsjs

Aun así, espero que les haya gustado.