Rumores /-Hanako X Male Reader-

28. Cámara sin dueño

- ________, _______....

Hanako continuó llamando insistentemente mi nombre con un ligero tono ronroneante, por lo que terminé dejando el trapeador a un lado mientras volteaba a ver al espíritu, que se encontraba flotando detrás de mí mientras me miraba de una manera que se me había rápidamente familiar en estos últimos días.

Sentí un ligero calor en las mejillas producto de la vergüenza, pero aún así me sentí bastante feliz en mi interior.
Claro que lo disimulé lo mejor que pude mientras tomaba el rostro de Hanako entre mis manos.

- ¿Otra vez?

Amane asintió enérgicamente, suspiré y estrujé ligeramente sus mejillas entre mis manos antes de acercarme a él.
Uní mis labios a los suyos con suavidad, él de inmediato llevó sus manos a las mías y las mantuvo ahí mientras correspondía animadamente mi beso.

Fue un beso pequeño, pero aún así no nos alejamos al terminarlo.
Simplemente nos limitamos a juntar nuestras frentes mientras Amane sostenía mis manos en sus mejillas.
Finalmente, al cabo de unos segundos, me alejé ligeramente y bufé mientras sonreía.

- Si sigues con eso no podré terminar de limpiar

- Hmm, no puedes esperar que me quede tranquilo si estamos aquí, solos. Te ves muy lindo cuando limpias, ¿Sabías?

Tomé el trapeador de nuevo y golpeé suavemente al chico en la cabeza con el extremo de madera.
Hanako hizo una pequeña mueca de resignación y se alejó levitando, hasta sentarse en el marco de la ventana a mirarme de nuevo.

No me faltaba mucho por hacer, así que terminé rápidamente con mis deberes de aseo, teniendo tan solo un par más de interrupciones por partes de Hanako.

- Ah, estoy un poco cansado...

- Se nota, ¡Ven aquí!

Miré al espíritu, él extendió sus brazos en mi dirección con una sonrisa.
Me acerqué de inmediato, permitiendo que él me recibiera entrebrazos mientras yo mismo lo abrazaba también, subiéndome a medias en el ancho marco de la ventana.

- Hiciste un muy buen trabajo, te esforzaste

- Es solo limpiar, no es para tanto

Amane hizo a un lado mi gorra para poder acariciar mi cabello.
Me relajé fácilmente con esas caricias, así que me acurruqué algo más cómodamente contra él. Sentí como depositaba varios largos y suaves besos en mi sien, mientras yo cerraba los ojos para disfrutar de sus atenciones.

Al cabo de unos minutos, levanté ligeramente la vista para mirar a Amane al rostro.
Él de inmediato me miró y sonrió.

- ¿Qué pasa? ¿Tengo algo en la cara?

- Sí, justo por aquí

Me incorporé lo suficiente como para depositar un rápido beso en la mejilla que no tenía cubierta por ese parche blanco.
Su piel se tiñó de un suave color rojizo y me miró con una sonrisa entre coqueta y nerviosa.

- Si se trata de besos tuyos no me molestaría tener la cara llena de ellos

- ¿De verdad...?

- ¡Oigan! ¡Miren!

La voz de Kou se hizo presente tan bruscamente que me alejé de Hanako pegando un pequeño brinco del susto.
El espíritu parecía muy fastidiado por esto, pero ambos déjanos de pensar mucho en eso al percatarnos de que Kou no había llegado solo.

- Eh, niño... ¿Quién es ese?

Hanako preguntó lo que yo me estaba cuestionando internamente.
Kou llevaba a un lindo chico de pelo rosado atado y amordazado. No parecía ser mucho mayor que yo, y vestía un suéter que le quedaba algo grande, junto con una bufanda que parecía haberse quemado en uno de los extremos.
Por alguna razón, me parecía vagamente familiar, pero no podía recordar de dónde.