Parte |2|

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En ese momento recordó algo aún más doloroso que la ausencia de Emilio. El olor a perfume caro de mujer que impregnaba su ropa cada noche con la excusa de tener que ver una de sus inversionistas, esto pasa mínimo tres veces por semana, el aliento a alcohol era imposible de disimular adecuadamente, manchas de labial que posiblemente eran solo un accidente; Ahí comprendió que tal vez Melisa no estaba tan alejada de la realidad aunque también está más seguro de su fidelidad de su marido como la persona honesta que es.

Las horas pasaron, Emilio finalmente se encuentra en casa tiene un olor extraño como una mala combinación de sudor y perfumes.

-Estas de regreso- Joaquín maldijo en voz baja teniendo que soportar a su esposo ebrio llegando a altas horas de la noche, luciendo impecable manteniendo la elegancia que se podía rescatar después de un largo día de oficina.

-Perdón, cita de negocios- esquivo a su marido para dirigirse a su oficina donde seguiría trabajando e ignoraría todo a su alrededor, aveces contaba a sus hijos como distractores.

A la mañana siguiente, el desayuno se sirvió puntual a las 7am. Antes de llevar a los mellizos a la escuela y el pequeño Tadeo a la guardería, hoy Joaquín tiene el día libre cosa que no es su fascinación, prefiere cuidar de sus hijos antes que estar solo en su gigantesca casa: se dirigió a su habitación, concretamente al baño dispuesto a darse una ducha, la ropa de su marido se encontraba regada en el suelo el cálido aroma de Emilio esta impregnado en su camisa blanca le acerca su rostro para embriagarse con su esencia pura de su marido encontrando un ligero toque dulce proveniente de otro perfume examino la prenda dándose cuenta que no era la única marca que aquella mujer había dejado , la causa nauseas el imaginar a Emilio teniendo una aventura, haciendo el amor, como ya no se atrevía a tocarlo.

Ahogándose en placer, se imagina a la otra mujer, una chica hermosa con cabello perfecto y cuerpo de diosa, alguien que solo puede aparecer en sus pesadillas o en los sueños húmedos de su marido: entonces, los celos lo consumían el único culpable aquí es Emilio, lanzo la ropa al piso de nuevo y dio la media vuelta dispuesto a salir, tal vez sería mejor tomar el baño en el de uno de sus hijos, Emilio no sería tan cruel como para evidenciarse enfrente de sus pequeños ¿Cierto? Joaquín levanto la vista, le causo impresión en su rostro. Es el mismo Joaquín Bondoni de siempre, sus labios perfectamente con brillo solamente que le hace lucir bastante bien su piel pálida, sus ojos avellana cansado, su cabello Cataño dañado aun así se ve bien, su rostro perfectamente, su ropa de renombrada marca de nuevo y se dirige a la habitación de los mellizos.

<< Dylan, cabello rubio y ojos color miel, nombre ingles recordado el glamur de aquel lugar, y Sara, cabello rubio/castaño con ojos color avellana>> El baño de espuma, que ambos comparten es algo simplemente precioso, su padre cree en eso serán felices, también tiene la creencia que este regalo, junto con muchos otros, compensa todo el tiempo que pasa fuera de su hogar.

-Tan equivocado estas- Susurra viendo la habitación decorada con lujos innecesarios, juguetes que los niños no volverán a usar, ropa cara en cada esquina de la habitación, sus camas perfectamente hechas siendo la única osa que su "amoroso" padre les obliga hacer; su corazón dio un vuelco, si Emilio dice amar a su hermosa princesa de ojos marrones ¿Por qué la daña engañando a su esposo con una mujer?-- Nuestra princesa es quien te perdonara porque yo no puedo hacerlo.

Escucho como la puerta de la entrada se abría sobresaltándose ante el sonido, bajo esperando ver a su marido, no era el cosa que le tranquilizo mucho no tenía idea de que haría si la persona que cruzo la puerta era Emilio en cambio la señora de limpieza y el chef tomaban su turno en la tarde eso le hizo darse cuenta que sus hijos estaban por salir y que el paso toda la mañana en su fallido matrimonio.

Dylan y Sara cantaban tiernamente las canciones que les enseñan en la primaria, los pequeños cuentan con apenas 7 años.

-¿Que hicieron el día de hoy?- Joaquín pregunta con cierta dulzura viendo a sus hijos por el retrovisor

-Aprendí a contar en inglés- Sara contesta sin cuidado

-Jugué futbol con mis amigos y nuestro equipo gano- en cambio Dylan parece más emocionado por su día a día.

La pequeña tiene un carácter parecido al de su padre, la misma determinación, el mismo sentido del humor, hasta la forma de hablar y sus expresiones, es la viva imagen de Emilio; En cambio Dylan es un poco más calmado, se concentra en los deportes y libros, ama comer que es la única cualidad que le acerca a su progenitor.

-¿Hoy papa llegara temprano?

-¿Quieres llamarle Sara?

Joaquín pasó el móvil a sus hijos permitiéndole hacer la llamada la cual estaba en altavoz para que todos puedan escuchar, es parte de la fascinación de sus hijos el que ambos puedan escuchar a sus padres aun cuando las preguntas no son de gran importancia.

-¿Hola?

La voz al otro lado del teléfono no suena muy segura, aun así parece ser la voz de una mujer

-¿Papá? Soy Sara.... ¡Hola papá! Habla Dylan

La conversación no podía ir muy bien ¿Cómo ese hombre sería capaz de ignorar de tal manera a sus hijos?

-¿Papá? ¿Sara? ¿ Dylan? No sé quiénes son y por lo que se el director Emilio no tiene hijos, se equivocaron de número niños-

-"Este no es número de papá"-

Dylan tomo el móvil y colgó la llamada, ambos niños parecían decepcionados.

-Tranquilos, cuando papá este en casa podemos hablar con él- aunque en su mente solo pedía que Emilio no regresara a casa ese día.


























Hola Yo de nuevo

- Le sigo?



-Jen

Un Esposo Infiel- Emiliaco |Finalizada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora