Parte |12|

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Si alguna vez Joaquín.... ¿Qué? Se preguntaba el castaño metido en el pequeño cuarto de baño con Tadeo, mientras esperaba que Emilio se saliera de su dormitorio para no tener que encontrase con el.

¿Si alguna vez Joaquín descubriera que hubo otra mujer? Joaquín ya lo habría descubierto

¿Si alguna vez Joaquín decidía crecer?, se dijo cínicamente y se miró al espejo con cierto sobresalto, porque era casi como ver a otra persona.

<<Mírate>> se dijo <<escondiéndote cuando ni siquiera tienes que usar el baño. No te atreverías a bañarte por miedo a que el agua estropeara el peinado. Ni eres capaz de lavarte por temor a no poder rehacer el maquillaje. Emilio te va invitar a cenar pero solo porque se siente culpable y, además espera salir con la persona que acaba de conocer, la mima que te mira desde el espejo, pero esa persona no es mas que una ilusión. Un disfraz bajo el verdadero Joaquín esta tratando de ocultarse>>.

Oyó que se cerraba una puerta y luego el andar característico de Emilio bajar las escaleras. Joaquín dio un profundo respiro, mirando al hombre de reojo salio, de su escondite. En el brazo llevaba uno de los trajes que se había comprado y lo colgó en la puerta del guardarropa, luego, se alejó unos pasos, preguntándose si se atrevería a ponérselo o no.

Era muy sexy, de encaje color rojo y seda negro, dejaba al descubierto un poco de hombros, y parte de la espalda, se había dado cuenta de cuando desprotegía su cuerpo y se fue a buscar un abrigo corto de terciopelo negro, con mangas y cuello. ¿Iba a ponérselo o no? Se preguntaba reflexivamente ¿o se ponía le traje que llevaba normalmente cuando salía con Emilio?.

Sara entro desesperadamente a la habitación, con la respiración agitada, mas mejillas coloradas y olor a polvos tipos en el maquillaje. Se acerco a Joaquín y abrió mucho los ojos al ver el traje nuevo

-¿Te lo vas a poner, papá?- pregunto con dulzura

-No lo se- respondio el mayor con incertidumbre- puede que... lo mejor sea ponerme el traje negro- dijo extendiéndole su brazo hacia el armario

Pero la niña lo detuvo.

-¡Pero no puedes ponerte eso!- exclamo con horror- papa se ha puesto un traje azul nuevo, luce guapísimo.

Joaquín frunció los labios, sin duda el maravilloso padre de Sara merecía algo mejor que si viejo traje.

-Además ese traje negro es muy aburrido- dijo la niña

<<Aburrido>> se repitió Joaquín. Era una palabra con la que está muy familiariza las últimas semanas.

-Bueno entonces me pondré el rojo- dijo. Si el viejo Joaquín era aburrido, el nuevo estaba dispuesto a no serlo.- ve ayudar a la abuela mientras yo me visto.

Se agacho y le dio un beso en la mejilla. Sara salió corriendo de la habitación. Estaba impaciente por ayudar a su abuela, orgullosa por ayudar a sus padres a salir. Se vistió y salió. Sus hijos y su suegra, que estaban cenando en la cocina, se quedaron boquiabiertos. Habían llegado el momento de escuchar la opinión del verdadero experto, pensó deteniéndose antes de entrar al salón. Sara tenia razón, solo con observar su espalda sabia que estaba guapísimo con su traje. Pero se trata mas que del elegante corte de traje, era el hombre que lo llevaba quien hace la diferencia. Tenia un aire de madurez y sofisticación que parecía aumentar de inmediato atractivo que sabia que siempre había poseído.

Estaba junto el mueble del bar, sirviéndose una copa, no se había percatado de su presencia.se alegro porque así tendría tiempo para calmas el efecto que tenia sobre el. Llevaba el pelo tan informal como siempre, ni muy largo ni muy corto, con un peinado ni moderno ni anticuado. Y eso decía mucho de su carácter. Emilio siempre dejaba huella en la gente porque no era muy convencional ni demasiado extravagante. Era un hombre con una gran confianza en si mismo, pero se mantenía en el misterio una gran parte de su personalidad, lo que hacia aún mas atractivo.

Un Esposo Infiel- Emiliaco |Finalizada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora