Bitches friends forever.

Capítulo 12

Diosa

Lilian

Subo despacio las escaleras,papá esta sentado en la sala fumándose un cigarrillo y leyendo su periódico.

El baboso de Jace,mi querido profesor y tutor personal,está esperándome para continuar con el repaso de matemáticas,pero le pedí permiso para ir al baño.Necesito hacer algo.Entre al baño y le puse seguro a la puerta para que nadie entre.Me acerqué al pequeño tanque del inodoro y lo destape.

—Hola pequeñines—le digo a mis porros.

Hace unas semanas escondí un paquete lleno de porros ya preparados en el tanque del váter,este es el baño que está en el pasillo,rara vez lo usan,así que las probabilidades de que los emcuentren son de 0.1%.En pocas palabras es imposible.

Deshice el nudo de la pequeña bolsa donde los puse para que no se mojaran,me tomó un minuto ya que estaba muy apretada,pero lo conseguí.Saque uno y tome mi mechero para prenderlo.Lleve el porro a mis labios y le di una fuerte calada.

Genial

La inmensa mayoría de las personas que fuman marihuana experimentan una euforia placentera y una sensación de relajación,que eso es lo que ocurre conmigo,hace que me relaje totalmente.También tiene otros efectos comunes,que pueden variar de persona a persona,incluye una mayor percepción sensorial,por ejemplo colores más brillantes,risa,alteración de la percepción del tiempo y aumento de apetito,al principio me pasaba todo eso,ya no,digamos que mi cuerpo ya está un poco acostumbrado.

Recuerdo que llegaba de las fiestas y devoraba todo lo que hubiera en el refri,incluso un día hasta me comí un jabón pensando que era una dona.

Parecía una dona.

Termine de fumarme el porro en tiempo récord,algo que odio ya que me gusta tomarme mi tiempo.Me puse en pie y guarde la bolsa con el resto de los petardos en el tanque del váter.Luego me lave la boca y mastique tres mentas con tres chicles,por último me coloque unas gafas para ocultar la dilatación de mis pupilas y para que no me quedara olor en el cabello u otra parte de mi cuerpo y ropa me unté el perfume Coco Mademoiselle de Chanel.

Perfecto estaba lista.

Salí del baño y fui hacia donde estaba el profesor Williams.Mientras bajaba las escaleras sentí un mareito rico y me sujeté fuertemente de la baranda para no caer.

Al pasar por la sala vi que mi padre ya no se encontraba en ella.

—Al fin volviste—dijo el profesor Williams con la calma que lo caracteriza y arruga la nariz al sentir el fuerte olor de mi perfume—¿Por que estas usando gafas?

—Es que me molesta el resplandor—mentí—Además estan de moda pero claro tu ni sabes lo que es eso.

Se pasó las manos por su rostro y respiró profundamente,lo que siempre hace cuando no quiere perder la paciencia conmigo y eso es lo que más me molesta,nunca obtengo otra reacción por su parte que no sea esa.

Hoy andaba vestido un poquito mejor,trae unos jeans oscuros,su horrorosa camisa de cuadros azul y sus espantosos zapatos.

Me retracto,anda igual que siempre.

—Continuemos—fue lo único que dijo.

El señor Williams comenzó a leer el teorema de Tales.Pero yo no le estaba escuchando,me entretuve con un pajarillo que pasó volando y con las hojas que iban cayendo del árbol que estaba detrás nuestro.

Volví a centrar mi atención en el cuando dijo una palabra,la cuál no recuerdo,pero se que su acento sonó muy marcado y llamó mi atención.

—¿De parte de Inglaterra eres?—le pregunté interrumpiendo su lectura—Yo viajo casi todos los años a Londres.