Capítulo 32

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Una locura

Davanys

Llevo más de quince minutos parada frente al espejo tomándome una foto en toalla que quede decente para publicar, pero ninguna me gusta. Mi tercera alarma suena recordandome que si no salgo dentro de diez minutos llegaré tarde a la escuela, como siempre. 

Luego de un par de intentos más, desisto y prosigo a ponerme ropa interior, me coloqué unas pantys negras de encaje, que no es por presumir pero me quedan de puta madre. Busco el brassier a juego pero no lo encuentro.

—¡Mamá!—le llamó abriendo un poco la puerta de mi habitación.

—Si Davy—responde asomando la cabeza desde la puerta de su habitación.

—Mami poderosa ¿has visto mi brassier de Victoria?

—No lo sé hija, tal vez se fue.

—¿Como que se fue?—pregunté sin entender.

—Si Davy, llevaban una vida muy vacía.—me tomó unos cinco segundos entender a qué se refería.

—¡Mamá!—grité y le lancé la toalla, pero ella se adentró en la habitación—, ¡Respeta mis limoncitos!

Escuché a mamá reír en su habitación.

—Están en la primera gaveta.—me dijo volviendo a asomar la cabeza.—, Eu te amo.

—Malvada.—le enseñé la lengua y ella me lanzó un beso.

Hay días en los que olvidaba que mi mamá era mi mamá, se comportaba como una amiga. Y eso era una cosa que adoraba de ella, pero a veces se pasaba, eso sí.

Fui en busca de mi brassier y me lo coloqué.

—No se ven tan vacíos—dije mirando mis pequeños pechos.

Me giré hacia el espejo y tomé mi celular.

¿Les gusta tomarse fotos en ropa interior frente al espejo? A mi me encanta, lástima que no pueda publicarlas.

De lo que se pierde el mundo.

Tomé un par de fotos sexys y luego me vestí. Para caundo volví a mirar la hora ya iba tres minutos tarde a la escuela y tenía más de cinco llamadas perdidas de Lilian. Había olvidado que ella pasaría a recogerme hoy. Maldije por lo bajo, terminé de maquillarme y corrí hasta la cocina.

Mi abuela estaba preparando tapioca, había llegado ayer en la noche. Ver a mi abuela, es como ver a mi madre con 65 años. Todas nosotras somos la copia de la otra. La única diferencia es que mi abuela si tiene tetas y su cabello es rizado. Por lo demás somos idénticas.

Diosas de pelo negro y piel morena.

Bom dia abuela—le saludé y me acerqué a ella para besarle la frente.

Bom dia Flavia, Luciana, Rita...

—Es Davanys—le recordé.

Yo no sé cómo serán sus abuelas, pero la mía dice como veinte nombres antes de decir el mío.

—Cierto Davy, perdón es que me confundo.—me sonrió.

Me sirvió la tapioca y me la comí rápidamente, no tenía mucho tiempo.

—Adiós abuela.—me despedí—, ¡Adiós mamá!

—¡Adiós Davy!—la escuché gritar.

Tomé el elevador y al llegar abajo Lilian ya me esperaba junto a las chicas. Me senté en la parte de atrás y me asombro verla vacía. Eilen estaba delante en el asiento del copiloto.

Bitches friends forever.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora