Capítulo 46

259 64 47
                                    

No te enamores

Lauren

Si me preguntaran cuál fue el sentimiento exacto que sentí en aquel momento, no sabría que decir. Solo sé que me quedé en blanco. Dejé de escuchar cualquier ruido a mi alrededor y el tiempo pasó en cámara lenta.

No creía lo que estaba viendo. Mi mente no lo creía, mis ojos quienes eran los principales testigos se negaban aceptar aquello y ni hablar de mi corazón. La forma en que la tomaba de la cintura aferrándola a su pecho, en cómo acariciaba su barbilla. Todo de la misma forma que lo hacía conmigo.

Joder díganme que es una puta ilusión.

El semáforo se puso en verde y mi abuela pisó el acelerador. Viéndolos por última vez cuando ella se subía a su moto y le abrazaba por detrás.

Yo me encontraba en shock no hablaba y ni siquiera emití una lágrima ahí dentro del coche. Simplemente como dije, yo estaba en blanco. Cuando llegamos a la casa bajé del coche con algo de rapidez. Marqué el código para entrar pero me equivoqué unas tres veces. Cuando por fin logré entrar corrí hacia las escaleras para ir hacia mi habitación.

—¿Lauren no comerás nada?—me preguntó la abuela y me detuve a mitad de las escaleras.

—N-no tengo hambre—respondí de forma algo rápida y tartamudeando al inicio.

—Está bien pero...

No terminé de escuchar lo que ella me dijo. Continué subiendo las escaleras a toda prisa. Llegué hasta mi habitación y entré. Cerré la puerta con cerrojo. Dejé caer mi mochila al suelo y caminé hasta la cama y me senté. Mi respiración estaba un poco agitada.

Cerré mis ojos y la imagen de ellos dos se reprodujo en mi mente y negué.

Con dedos temblorosos tomé mi teléfono y abrí Instagram. Busqué el perfil de Leanet y revisé su historia. Aún conservaba la pequeña esperanza de que no hubiera sido él o de que no hubiera sido ella. Pero esa esperanza se fue a la mierda cuando vi una foto de ella donde se veía que alguien la tenía tomada de mano y justamente traía la misma pulsera roja.

Entendí todo. LM significaba Leanet Miller.

Un fuerte dolor me estalló en el pecho y la primera lágrima salió. Luego otra y otras más. Tenía un nudo en la garganta por tratar de contener el llanto. Miles de recuerdos azotaron mi mente como una forma de tortura haciendo que doliera aún más. Cada caricia, cada beso, cada locura que hicimos. Todas las veces que nos escapamos. Los secretos que compartimos. Todo se sentía tan lejano.

No quería llorar, quería ser fuerte y no llorar. Pero entonces dejándome caer en la cama no aguanté más y rompí en llanto total.

Como dolía ¡joder! Dolía mucho. Yo lo amaba.

Abracé a la almohada y luego la mordí para así amortiguar mi grito de angustia.

—¿Por qué?

Me preguntaba a mi misma mientras golpeaba la almohada con fuerza hasta terminar rompiéndola. Deseé poder sacarme el corazón del pecho para que así no me ardiera más, lanzarlo lejos, deseé borrar todos esos recuerdos a su lado. Eliminar cada risa, cada contacto físico que tuvimos. Simplemente quise olvidarle y dejar todo en blanco. Pero sobre todo quería saber ¿por qué?

No entendía por qué ¿Acaso el no me amaba?

Lloré mucho ese día. Lloré hasta que mis ojos se hincharon tanto y ardieron, hasta que mi garganta se secó de tanto gritar.

Esa noche no comí y tampoco pude dormir muy bien. Mi teléfono comenzó a sonar bien tarde en la noche. Así que lo tomé sin mirar quién me llamaba y lo lancé hacia el otro lado de la habitación. Donde no lo escuché más. Tardé varias horas en poder conciliar el sueño y cuando por fin lo logré tuve pesadillas. Al otro día temprano en la mañana al despertar fui al baño. Me observé en el espejo y daba asco. Mi cabello estaba totalmente despeinado, mis grandes ojos lucían rojos e hinchados y para empeorar debajo de ellos había unas oscuras ojeras.

Bitches friends forever.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora