Cambio
Lilian
Las palabras es un arma muy poderosa que todo ser humano trae consigo. Con ellas somos capaces de herir y también de sanar. Por eso debemos tener mucho cuidado con ellas.
Que lindo es un te amo, pero que feo es un te odio.
A veces nos dejamos llevar por el impulso, la rabia o el deseo de venganza y por eso decimos cosas que no debemos o de las que luego nos arrepentimos. Un ejemplo claro es Davanys quién se dejó llevar por el impulso y dijo algo que no debía. No la juzgo pues yo hubiera hecho lo mismo o tal vez peor, su suegra es una zorra nivel diez. Lamentablemente eso trajo enormes consecuencias para su relación con Eidrien.
—¿En serio tuviste que decirle que te follaste a Lin?—le preguntó Eidrien con decepción.
—Lo lamento Eidrien se que no debí, pero es que tú madre me sacó de mis casillas.—se defendió, aunque sabía que lo que había dicho no tenía justificación.
—Estoy seguro de que mi madre no te dijo algo tan grave como para que dijeras eso.
El hecho de ver cómo Eidrien defendía tanto las acciones de su madre hacía enojar mucho a Davanys.
—¡No la defiendas!—le gritó con enojo—Si es cierto no debí decir eso ¡lo siento! Pero no me vengas a decir que ella no dijo nada grave. Se pasó toda la cena humillándome, es racista por eso no me soporta. Cuando estabas con tu padre me preguntó que de qué zoológico me sacaste, me llamó vulgar y...
—Y con eso que dijiste más razón tiene para pensarlo.—Davanys no creía lo que acababa de oír. Eidrien pasó las manos por su cabello y suspiró.—,No quise decir eso, perdóname yo...
—Vete a la mierda Eidrien.
Davanys bajó del coche y corrió hasta su casa. Esta vez las palabras de Eidrien la habían cagado.
Justo como decía, debemos tener cuidado con nuestras palabras.
Hacía varios días atrás yo también la había cagado. Pero digamos que eso es algo normal en mí. Al igual que Davanys también perdí la paciencia con Michelle y con mi padre. Michelle se había mudado junto a nosotros a la casa. En un primer momento eso no me molestó ya que sabía que eso pasaría. Incluso hasta llegué a agradecer el hecho de que estuviera con mi padre, le veía más feliz y relajado. Pero lo que más me gustaba, como típica adolescente, era que mi padre ya no estaba tan al pendiente mío o de lo que hacía.
No me controlaba tanto.
Tenía más libertad. Podía salir a verme con Jace a cualquier hora y el ni cuenta se daba. Las pocas veces que le pedía permiso decía que sí y no hacía preguntas. Lo admito se sentía genial, sin embargo todo en mi casa estaba cambiando. Michelle estaba cambiando todo. Me comenzaba a dar cuenta que ella no era para nada la mujer tonta que mi padre llevó a cenar aquel día.
Había comenzado a cambiar muchas cosas en mi casa. Lo primero que ella cambió fue la decoración. Compró muebles nuevos y tiró los antiguos. También compró nuevas alfombras y nuevas cortinas. Eso en un inicio no me molestó, ni siquiera le di importancia.
Debía reconocer que no me gustaba la decoración, era algo llamativa, tenía demasiados colores para mi gusto. Pero de igual forma no me molestó. Al menos no hasta que vi mi habitación.
Michelle había entrado en ella y cambiado todo. Mi cama no era la misma, era diferente y más grande. Un modelo bastante tosco. Mis cortinas grises las sustituyó por unas blancas con lunares negros. Mi espejo y tocador estaban en otra posición. Todas mis cosas estaban cambiadas de lugar.
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Bitches friends forever.
Ficção Adolescente¿Y si nosotras somos las que jugamos con los chicos? ************ "🌺Bitches Friends Forever🌺" nos cuenta la historia de cuatro chicas de diferentes personalidades. Lauren, la chica que ama los libros y sueña con un eterno amor literario. Muchas di...