Bitches friends forever.

Capítulo 38-Segunda parte

Fútbol y Rumba

Eilen

—¡Noooo!

El grito desgarrador de Davanys hizo eco por todo el estadio. Su equipo había perdido. Durante todo el partido, nos había hecho gritar como locas el nombre de Neymar hasta el punto de que casi nos quedamos sin voz. Sin duda fue un golpe muy duro para ella verlos perder y tal era su dolor que se dejó caer hacia atrás, fingiendo un desmayo.

La reina del drama le dicen.

—¡Oeee oee oeee oeee oee!

Cantaban un grupo de argentinos en apoyo a su equipo ganador ¿pero a que no adivinan quien estaba allí con ellos bailando y festejando?

—¡Lilian! ¡Maldita Judas! ¡Traidora hija de Satan!—le gritó Davanys—, ¡Prefieres apoyar a la pulga antes que a mi futuro esposo!

Davanys y su obsesión con su futuro esposo Neymar. Durante el partido Lauren le preguntó que a quien prefería, si a Eidrien o a Neymar y respondió que a ambos. Pero para ser las exactos dijo:

Yo me caso con ambos, los amo a ambos. Si los árabes esos pueden tener más de diez mujeres aquí en Brasil yo puedo tener dos hombres.

Lilian se acercó a nosotras bailando y Davanys le lanzó cuchillos con la mirada. Ambas comenzaron a discutir, pero no era una discusión que nos preocupara a mí y a Lauren, siempre solían discutir así. Mi teléfono vibro, era un mensaje de Nick, preguntándome qué tal todo. Le respondí que genial y le envié una selfie mostrando el estadio, el me envió una suya con el filtro de snapchat que tiene orejas de perro.

—Esa sonrisa ¿Te está escribiendo Nick?—me preguntó Lauren y asentí.—, ¿Y estás enamorada?

Su pregunta me sorprendió un poco, pero a la vez no ¿Estaba enamorada de Nick? Pues no, no lo estaba. Había vivido muchas cosas horribles con respecto al amor para mi corta edad, razón por la cuál he aprendido a controlar mis sentimientos. Nick me gusta y le tengo cariño. Si hay algo que he aprendido con el, es a ir despacio, disfrutar los momentos y dejar que el tiempo decida qué y cuando pasará.

—No estoy enamorada, pero tampoco podría decir que en un futuro no lo podría estar.—declaré—,Me gusta como estamos, en ese punto medio donde no somos nada, me gusta como nos escondemos para así saborear lo prohibido.

Sentí un gran alivio en el pecho al decir aquello. Por primera vez en tres años, me sentía bien conmigo misma y con respecto a mis sentimientos, porque como dije estaba en el punto que quería estar.

—Me alegra por ti...pero ten cuidado—me advirtió, su grandes ojos marrones me dieron una mirada culpable.

—¿Lauren acaso quieres decirme algo?

Por un segundo creí haber notado algo de confusión e indecisión en su rostro, pero luego sonrió y negó. Volví la mirada hacia Lilian y Davanys quienes estaban abrazadas. En fin se aman y se odian. Caminábamos hacia la salida del estadio, Justo cuando la voz de un chico nos detuvo.

—¿Não pode ser, é Davanys?

Las cuatro nos giramos y nos encontramos a un chico de tez blanca y cuerpo algo rollizo. Su cabello negro llegaba hasta sus hombros y estaba rapado completamente del lado derecho. Vestían unos jeans de mezclilla bien rotos, y al igual que nosotras usaba la camiseta del equipo pero esta era de color azul. Sus enormes pestañas postizas y esa pose con la mano en la cadera me dieron a entender que el chico era gay.

—¡Kaynan!—exclamó Davanys con una gran sonrisa. Corrió hacia él y le abrazó.

Kaynan la cargo y ella enredó sus piernas alrededor de su torso. El chico colocó sus manos en el trasero de Davanys y lo apretó.