-Dia 3-

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Escrito por GatosGatosGatos
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Día 3.

Era por fin sábado, lo que significaba para la familia una salida de casa, nunca era el mismo lugar, unas veces era al parque cerca de casa, otras una caminata por la playa.

Esta vez era el parque, Guillermo tenía todo preparado, la comida, unas mantas, unos refrescos y dulces, todo acomodado en una mochila.

Una vez que toda la familia estaba lista, se fueron al parque, acomodaron la manta en el pasto, los platos y la comida, Zeus pidió permiso para ir a jugar a los juegos mientras sus padres le vigilaran.

Samuel no despegaba la vista de su móvil, Guillermo pensaba que siempre eran cosas de su trabajo, sin saber que siempre hablaba con Estefania.

Guillermo frustrado por no recibir atención del contrario, decidió sacar su celular y jugar algún juego.

Samuel lo miro y suspiro, guardo su móvil, segundos bastaron para que el alma de Samuel se fuera de su cuerpo. Zeus no estaba.

-¡Joder Guillermo, el niño no esta! ¡Deja el puto móvil y búscalo! Si no estuvieras jugando en tu móvil, no hubiera pasado esto.

Samuel no era del tipo que siempre decía groserías, siempre media sus palabras, pero esta no fue la ocasión.

Guillermo había prestado atención a todas sus palabras, pero cuando menciono las últimas, su enojo aumentó.

-¡¿Yo no dejar el móvil?! -respondió Guillermo- ¡¡A mi no me vengas con tus gilipolleces Samuel!! ¡Tu estabas también con el móvil mensajeandote con no se quien en lugar de ver a nuestro hijo!
-¡¿Cómo sabes que hago tal cosa?!
-¡¿Me crees idiota?! Si estoy viendo como mueves los dedos como loco, y no me vengas con que estoy exagerando. ¡Pues no exagero!

-¡Si lo haces Guillermo! ¡estas exagerando! ¡Exageras todo! ¡Eres un puto exagerado!
¿Había escuchado bien? ¿Le había dicho exagerado, o mucho peor, puto exagerado?
¿Le había ofendido después de años de que jamás, en el tiempo que lo había conocido le había insultado?

Guillermo lo miro boquiabierto, no sabía que decir, simplemente las palabras se habían ido de su boca en segundos.
Se levanto de la manta y le miro desde arriba.

-Te odio Samuel, jodete, así, con todas sus palabras ¿Okey? Qué este puto exagerado se va.

Y con los ojos llenos de lágrimas, mezcla de la tristeza y el enojo, comenzó a correr, cual típica película, corrió hacia los árboles del parque. A Samuel no le importó, su orgullo estaba primero antes de ir detrás de el y seguirle su escenita.

Pero Samuel desconocía muchas cosas de Guillermo aún habiendo estando casado 5 años.

Guillermo corrió, esquivando árboles, con las lágrimas en los ojos, el aire rápido le faltó y sumándole que se sentía débil desde el día que recibió la noticia del divorcio, se sentía débil, la vista le fallaba, sus pies no respondían, y en un paso mal dado, al suelo fue a dar, lastimándose el pie, impidiéndole levantarse.

-¡Me cago en todo!

Grito, ganando la atención de unos cuantos niños que jugaban en los juegos de otra sección del parque distinta a la que Samuel estaba. Entre esos niños estaba su pequeño de cabello castaño.

-¿Papi?

El pequeño de acerco a su padre, el cual seguía en el piso con una mueca de dolor, esperaba no haberse fracturado el pie.

-Cariño ¿Sabes dónde esta papi? -Zeus asintió, es que era inteligente el niño a su corta edad- Ve y dile que me he caído, que me duele mucho el pie, por favor.

-¿Te duele? -Guillermo asintió- Iré a por papi.

Y el pequeño salió corriendo, llegando con su padre que mantenía su mirada en el pasto.

-¿Papi Samu?

-¡Zeus! ¿Dónde leches te metiste?

-Estaba en otros juegos papi. He visto a Papi Guille.

-¿A si? ¿Y te dejo venir acá sólo?

-Papi Guille se calló, dice que le duele un poco y no puede levantarse, vamos.

-¿Hablas enserio? -suspiro y levanto a su hijo en brazos, mientras caminaban a dónde le indicaba que estaba su padre, seguramente mintiendo, eso era lo que pensaba Samuel.

Llegaron y Samuel lo vio, Guillermo con una enorme mueca en el rostro, mientras se frotaba el pie derecho. Bajó al pequeño y se acerco a Guillermo.

-¿Estas mintiendo?

-¿Te parece que estoy mintiendo gilipollas?
Bueno, al menos el enojo seguía en el, así que no estaba mintiendo. Samuel suspiro, debía levantar a Guillermo y llevarlo a casa. La cual no estaba tan cerca ahora que lo pensaba.

Se inclinó y pasó los brazos de Guillermo por su cuello, luego pasando los suyos por su cintura y piernas, levantándolo en sus brazos.

Guillermo quitó los brazos del cuello de Samuel y los cruzo en su pecho, haciendo puchero, estaba molesto, pero le gustaba ver la cara de Samuel de molestia, el tener que caminar con el por la calle así, era divertido.

Llegaron otra vez a donde tenían las cosas y Samuel bajó con cuidado a Guillermo, metió todo el la mochila, se la colgó en la espalda y volvió a cargar a Guillermo, mientras que con una mano, la mano que estaba debajo de las rodillas de Guillermo, tomaba la mano de Zeus.

Comenzaron a caminar de regreso a casa, las primeras calles fueron fáciles, nadie que los viera en tan vergonzosa situación, hasta que se encontraron un par de personas que los miraban, estaban todos parados esperando a que pudieran cruzar la calle.

-¿Crees que sean novios? -dijo una persona en modo de susurro, que Samuel escucho.

-No, parece más su esposo, mírale, hasta hijo tienen.

-Ya veo, se ven realmente lindos, ya quisiera que mi esposo me llevara así en brazos aunque sea a la cama. Eso es amor.

Y cruzaron la calle, las personas esas se fueron por un lado y ellos por otro.
Samuel aún tenía las palabras de la señora en su mente "Eso es amor.

-¿Samuel? -sintió un susurro cerca de su rostro, bajo la mirada y vio a Guillermo mirándole.- Lo siento, no debí gritarte de esa manera.

-Lo siento yo Willy, tenías razón, yo estaba en el móvil, era obvio que te molestarás.
Guillermo sonrió, una sonrisa sincera, la cual Samuel le respondió, antes de llegar a casa. La cual ya estaba a la vuelta de la esquina.

[...]

-Listo, tu pie no esta fracturado, pero no podrás caminar hasta en dos días.

-¡Me cago en todo! -suspiro Willy, Samuel término de colocar la venda su pie, de algo le había servido estudiar enfermería cuando era más joven.

-Fue tu culpa tonto, no debiste correr así como niña de telenovela dramática.

-¿Mi culpa? Pero si tu fuiste el que me diste motivos.

-Basta, tengo sueño y me quiero dormir ya, ha sido un día difícil.

-Lo mismo digo.

Samuel se acostó a un lado de Guillermo y le dio la espalda, apagando las luces.
Guillermo le miro a la espalda, ojalá pudieran resolver ese problema con un simple lo siento, pero que fuera sincero como el de esta tarde, simplemente no se podía.

Un Mes. -Wigetta. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora