-Día 14-

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Desde el día en que Samuel le había pedido el divorcio, desde que entro por aquella puerta y menciono aquello; Guillermo ya se había preparado para la vida que le esperaba, mucho antes que Samuel tomara su decisión.

Zeus pasaba el mayor tiempo del día dormido y eso comenzaba a ser preocupante pues siempre había sido un niño activo, corría de aquí a allá y nunca paraba de hablar desde comenzó a hacerlo. Siempre tenia una enorme sonrisa en su pequeño e inocente rostro y muy rorar vez lloraba, pero ahora, muy rara vez sonreía de oreja a oreja. Guillermo había pensado llevarlo con un psicólogo. Así lo hizo y para su sorpresa.

El psicólogo le había explicado a Guillermo que era resultado de extrañar lo que era antes su familia. Y en ese momento se le comprimió el corazón. ¿Que pasara cuando sepa la verdad? Comento que tenían que pasar mas tiempo juntos, y juntos se refería a los tres.

De regreso a casa, Guillermo tomo una caja que contenía algunas fotografías y también tomo la computadora. Se dejo caer en el sillón junto a Zeus.

La fotografías traían recuerdos y los recuerdos dañaban a Guillermo, ya lo habían demostrado.

-Esta es la primera vez que tocaste la nieve

-.-

-¡Samuel, esta nevando!

Guillermo le encantaba sentir la nieve en sus manos. El pequeño de 3 años lo veía desde abajo, sus grandes ojos ocupaban su rostro. Samuel llevaba en las manos miles de abrigos, bufandas y gorros de tela. Comenzó a abrigar a Zeus, una chamarra café lo hacia ver regordete, un gorro azul y era suficiente.

-Vas a matar al niño.

-No, solo no quiero que se enferme, solo lo cuido.

Comenzaron a hacer muñecos de nieve, a lanzarse bolas. Hasta que una golpeo a Zeus. ¡Auch! se escucho y después de eso un llanto.

-¡Samuel!

Cogió al niño en brazos quien se escondió en su cuello y dejo caer las lagrimas. Zeus era un niño muy tímido y a veces muy ruidoso. Samuel se acerco lentamente avergonzado, no le quería hacer daño. Con sus brazos abrazo a su familia.

-.-

Dentro de la caja vagaban miles de imágenes, Guillermo había encontrado imágenes de los primeros días con Zeus, era tan pequeño.

Prácticamente su vida estaba en esas imágenes, plasmada para nunca ser olvidadas.

Zeus veía cada una, una por una. Tal vez él no recordara mucho pero le causaba gran placer intentar recordar.

-Ahora vengo cariño.

Se fue directamente al baño, las piernas le dolían al igual que los brazos, el cansancio invadía su cuerpo. En el baño se despojo de su camiseta, no le gustaría recordar esas manchas que tenia su piel. Toco cada una, con tristeza y saber que se quedarían ahí para siempre le causaba melancolía.

La tarde paso rodeados de recuerdos y risas de un padre y su hijo. Samuel había llegado mas tarde de lo habitual, Estefanía consumía mucho su tiempo. Se encontró con la estancia llena de fotos y la computadora de Guillermo.

Subió por las escaleras, la puerta de su habitación estaba abierta y aparentemente Guillermo estaba dentro quien veía una película animada junto con Zeus, la misma película que siempre veían. Apostaría porque Guillermo se sabia los diálogos al igual que él y Zeus.

Se acerco a la cama, le dio un beso a Zeus y otro a Guillermo en la mejilla, quien rápidamente comenzó a ponerse rojo. Samuel se metió en el baño, se quito la ropa y se encontró con marcas en su piel, rasguños, unas cuantas manchas moradas. Guillermo nunca dejaba marcada su piel, nunca le hizo ningún solo rasguño. Sin en cambio, Estefanía era diferente. Debajo de su clavícula se veía el arañazo de las uñas de Estefanía. La corbata y el cuello de la camisa lograba que no se viera. El universo conspiraba en su contra esta vez y la fuerza de la conciencia comenzaba a causarle miedo. Samuel se había dado cuenta que solamente estaba con Guillermo por lastima y que no era amor.

De repente Guillermo entro sin tocar la puerta. Se quedo perplejo al ver esa gran marca, su respiración se volvió rápida. ¿Quien se había atrevido a hacer semejante cosas en la piel de su esposo?

-¿Que te ha sucedido ahí?

Se acerco, Samuel no podía salir corriendo de ahí, tensó los músculos y dejo que Guillermo se acercara. Los fríos y delgados dedos se pasaron por esa zona y Samuel sonó un gruñido, ardía.

-No es nada

Guillermo negó con la cabeza, en sus ojos no había lagrimas, no había nada. Tomo del pequeño botiquín un bote y de ahí saco un poco de lo que había dentro. Miro a Samuel a los ojos pidiéndole permiso para poder tocarlo de nuevo y solo asintió.

-Te quitara el ardor

Lo miro, se veía muy delgado, sus labios se veían menos rojizos al igual que sus mejillas. Su cabello y no era abundante, era frágil. Samuel no se dio cuenta de sus acciones y paso la mano por el cabello de su esposo. Vaya que era extraño llamarlo así.

-Perdón- Salió de los labios de Samuel y Guillermo se aparto de él.

Guillermo se encogió de hombros, tenia ganas de abrazarlo, llorar y no soltarlo. Se había vuelto muy vulnerable y débil y eso lo fastidiaba, no quería depender de alguien.

-He llevado a Zeus al psicólogo.

Evadió por completo el tema, aun cuando le doliera saber que Samuel lo estaba engañando ya no tenia el derecho de reclamar.

-Al parecer tiene depresión y eso solo se puede arreglar pasando tiempo con él. Lo tres, no solo yo y no solo tú.

Samuel se quedo callado, solo asintió. No sabia como era liderar con eso y menos con un niño de 5 años.

-¿Por eso las fotografías en la estancia?

Guillermo asintió.

-Es mejor que las recoja o se perderán.

Salieron del baño. Zeus había cerrado sus ojos y había caído en un profundo sueño.

Recolectaron todas las imágenes que estaban regadas por todos lados y cada vez que algo recordaban lo compartían y reían o solo se quedaban en silenció Que se separaran no significaba que no fuesen amigos, Zeus era uno de los lazos que los unía y no los separaría al igual que los recuerdos. Cuando se dieron cuenta ya era de madrugada. Guillermo bostezo, recargo su cabeza en el sillón, cerro los ojos. Samuel rio bajo, se veía indefenso, tierno... como lo recordaba, como cuando lo había conocido. Dejo las cosas en el suelo, tomo a Guillermo en brazos y lo llevo a la habitación, su peso no recaía en sus brazos. Y Samuel se asusto. Comenzó a hacerse la idea de que Guillermo estaba enfermo.

Un Mes. -Wigetta. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora