Capítulo 22

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—Es hora de contarte la verdad Paige —le dije después de un tiempo de haber estado en silencio—

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—Es hora de contarte la verdad Paige —le dije después de un tiempo de haber estado en silencio—. No fui del todo honesta contigo.

Ella me vio con una ceja enarcada mientras asentía y con su mano hacía una seña para que comenzara a hablar.

Habíamos estado todo el rato anterior en silencio, yo tranquilizándome y ella ignorando el sonido del timbre que por lo menos cinco veces había sonado, luego desistió. Suspiré armándome de valor.

—¿Recuerdas el día en que nos conocimos? —inquirí y no le di tiempo para que contestara—. Fue uno de los peores días de mi vida.

—¿Pero cómo? Tu estabas sonriendo —dijo extraña y se sentó en la silla giratoria viéndome de frente—. Estabas feliz Grace.

—No, no lo estaba —suspiré—. Me habían vuelto a sacar de un grupo de los que supuestamente eran mis amigos. Eran Bethany, Frederick y Lucy. Lucy fue mi primera amiga después de todo lo de Sarah.

»Tenía siete años cuando apenas comenzábamos la primaria. Mis compañeros se dividían en dos grupos grandes, más bien las niñas. Yo era del grupo que supuestamente era popular y como siempre se decía que debía de haber una líder. Esa líder era Sarah. Realmente pensé que ella era mi amiga, me ayudaba en algunas cosas, pero yo notaba siempre que decía unas cosas que no eran verdades sobre mí. Sucede que yo lo dejé pasar, todo se volvió más fuerte ya que Sarah constantemente estaba hablando mal de mí, me hacía sentir inferior y que no valía nada. Fue bullying, me tiraba mis cosas al piso y siempre quería dejarme mal ante los demás. Llegó a pegarme una vez.

Ella asiente con la mirada perdida por su habitación y yo estrujo mis dedos mientras cierro mis ojos, si miraba a Paige me iba a desmoronar, ella era la única que había estado para mí sin abandonarme, sin traicionarme o herirme. Sí, como toda mejor amiga nosotras habíamos tenido discusiones unas más fuertes que otras, pero siempre éramos honestas con la otra.

»Fueron tres años de mi vida que sufrí eso dejándolo pasar cada vez, apagando de a poco la luz que tenía. La felicidad que tenía. Si me hubieras conocido antes pensarías que yo era una persona sumamente intensa, siempre estaba sonriendo, riendo, haciendo bromas, cantando y bailando aunque lo hiciera mal, porque no me importaba la opinión de los demás sobre mi persona. Porque eso era, comentarios sin sentido que no me afectaban porque yo no los escuchaba. Pero, aprendí que cuando llegaba una persona más imponente a tu vida, parecía como si aquella burbuja hubiera explotado y comencé a escuchar todo lo negativo que me decían.

»Mi mayor error fue dejar que lo hicieran y no darle un alto. Todo por no hablar y seguir conservando a mis supuestamente amigas.

—Grace, no sabes cuánto lo lamento —dijo, yo seguía teniendo los ojos cerrados, no quería verla—. Debe de haber sido horrible.

—Lo fue. Todos esos años fueron horribles para mí —seguí hablando y recordando todas las cosas que me habían sucedido mientras lloraba—. Cambié de escuela y llegué a esta, pensé que todo sería diferente, que tendría una buena amistad y muchas mejores amigas en quienes confiar. Estaba equivocada al principio.

¿Nos enamoramos? [Mer]✔ #DreamsAwards2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora