Capítulo 25

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Apenas entramos en la casa de Bethany —fueron treinta minutos de camino— y las luces de neón rojas, azules y verdes nos alumbraron el rostro

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Apenas entramos en la casa de Bethany —fueron treinta minutos de camino— y las luces de neón rojas, azules y verdes nos alumbraron el rostro. Todo estaba negro, habían respetado el código de vestimenta, algo maravilloso.

Bajamos unos peldaños para introducirnos en la espaciosa sala donde todos estaban bailando. Era un espacio grande, ya que la sala era inmensa, había retirado los sillones y sofás —¿cómo lo sabía? Yo ya había ido una vez a su casa—. Cerca de los baños había un mini bar donde algunas personas estaban bebiendo sin control con los típicos vasos de color rojo y otros se mantenían bebiendo con moderación y charlando. Afuera, en el jardín estaban más personas, pero en su mayoría algunas vomitando, otras sentadas en unas bancas que habían y otras personas besándose.

Divisé a Joseph y Lucy por un árbol mientras se besaban y se daban dulces sonrisas, o al menos eso pude lograr ver de parte de Lucy.

Rodé mis ojos y fui directo a la barra a agarrar cualquier botella que hubiera ahí, no me importaba, por una vez quería desconectarme del mundo, no era la mejor manera pero algo era algo. En los días de mierda se necesitaba más mierda.

Era cerveza y de la buena, aunque quizás tenía algo más. La bebí de apoco, pero otro beso que se dieron la asquerosa pareja me hizo beberla de una vez. Quemó mi garganta y vi como Paige se acercó alarmada hacia mi mientras que las personas que estaban en el mini bar rieron y aplaudieron.

—¡Grace! —me gritó mi mejor amiga por sobre la música—. ¡¿Qué carajos piensas que estás haciendo?!

Si... yo no era mucho de beber, quizás debí decir antes que era mi segunda vez bebiendo alcohol.

—Estoy... No sé qué estoy haciendo —terminé por decir e hipé riendo—. No lo sé Paige.

Me reí como loca y, aunque todavía me sentía un poco estable, mi cabeza daba algunas vueltas. Paige me agarró de la muñeca, pero me solté y le sonreí.

—¿Qué haces? —le pregunté como estúpida—. Déjame aquí, ya voy, ve a buscar a John y haz algo con él... ¿Besarte?... sí suena como una buena opción.

—Ahora, sí estás muy inútil Grace —negó con su cabeza—. Estaré afuera.

Afuera... Él estaba afuera. Como desquiciada sin control alguno giré mi cabeza y lo vi a él, a Joseph, estaba hablando con Lucy y parecía furioso. Hizo un ademán con las manos hacia la casa, señalándola, Lucy se puso un tanto nerviosa y...

—¡¿Sabes Paige?! —le grité a mi amiga, aunque siguiera enfrente de mí—. Yo... yooooo, debo de ir ahí... Afuera.

—No, no, no, tú te quedas aquí —me dijo sosteniéndome por los hombros y siguiendo mi mirada hacia afuera, negó con su cabeza y me sacudió, reí e hipé, una vez más—. Quédate aquí, ten, bebe un poquito de agua.

Agarré el vaso que me extendió y lo bebí, sentí mi mente un poco más tranquila. Podía pensar mejor y mantenerme de pie, mejor. Ella suspiró y se marchó, me di la vuelta cuando ya no la vi y agarré una cerveza que me extendieron y bebí de ella de apoco.

¿Nos enamoramos? [Mer]✔ #DreamsAwards2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora