Capítulo 28

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Se sentía bien respirar un nuevo aire, uno más dulce y enamorado

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Se sentía bien respirar un nuevo aire, uno más dulce y enamorado. Porque sí, todo estaba bien con Joseph, todo estaba increíble y eso me encantaba, por eso los chicos se extrañaban que Jo y yo actuáramos como si nada hubiera sucedido después de todo.

Habíamos acordado con Jo hacernos los ciegos, aquellas dos semanas y un poco más no habían existido para nosotros.

—¿Ya están mejor ahora? —inquirió Adrien—. Porque Grace se veía muy deprimente, pareces su rayo de sol.

Y casi era cierto.

—Estamos muy bien con Grace, no pasó nada entre nosotros —aseguró mi mejor amigo mientras comía de sus papas y me atraía a un abrazo—. ¿Por qué preguntan?

Ellos nos miraron con incredulidad y lo peor de todo era que se mostraban un tanto indignados. Bueeeeno, tal vez sí tenían razón en que no pudiéramos acordarnos sobre qué había sucedido, pero para nuestra —la mía principalmente— llegamos a aquel acuerdo.

La soda nunca dejó de estar fría.

—¿Es que acaso no se acuerdan de estas últimas semanas? ¿De verdad? —preguntó John y comió de su manzana—. ¡Dios mío! ¿Alguien que los entienda?

—Nadie, nadie puede entenderlos. —Paige me dio una pequeña sonrisita y yo me acomodé en los brazos de Jo recostando mi cabeza en su hombro—. Es que miren si son el uno para el otro.

—Sí, claro —bufó mi mejor amigo—. Como si eso pudiera pasar.

Exacto, aunque yo quería que sí sucediera.

El ambiente entre Joseph y yo había quedado un poco íntimo y a la expectación de cualquier cosa. Me sentía muy cómoda con él y por lo que había visto él también conmigo. Después de aquel día donde casi rozamos nuestros labios, nosotros teníamos otro tipo de confianza.

Sentía que él me veía diferente.

—Lo bueno es que ya estamos el grupo completo otra vez —sonreí y levanté mi vista para ver a Jo sonriéndome.

—Eso es lo importante —sus ojos eran puertas abiertas a las que me negaba a entrar y ver lo que podía encontrar.

Aparté la mirada antes de que me sonrojara, todos nos miraban con una expresión extraña y a la vez aliviada. Era muy extraño.

Seguimos comiendo y riendo mientras que Carter nos contaba otra de sus maravillosas aventuras y la comida que le preparaba Julisa, él se veía sumamente dentro de la historia que hasta movía sus manos haciendo todo un espectáculo.

Lo más gracioso es que después decían que las mujeres exagerábamos todo cuando ellos eran iguales.

En todo momento Joseph nunca quitó su brazo alrededor de mis hombros y yo no quité mi cabeza de su hombro. Me encontraba demasiado cómoda como para hacerlo, pero por cuestiones del destino —y de saber quién diablos más— Lucy apareció con Frederick y Bethany.

¿Nos enamoramos? [Mer]✔ #DreamsAwards2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora