Capítulo 30

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—¡Más fuerte John! —gritó Paige

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—¡Más fuerte John! —gritó Paige.

—¡Ya no puedo más! —dijo el aludido mientras las gotas de sudor caían por su frente.

—¿Todavía te falta? —inquirí viendo a Jo detrás de mí mientras me sostenía por la cintura.

—Ya me estoy cansando de esta posición desde hace media hora que John no hace nada —refunfuñó Carter.

—Sonrían para el vídeo, seguro nos hacemos famosos por todo esto —nos enfocó con la cámara Adrien.

—Tienes que hacerlo más fuerte, igual tú Paige —dijo Jo mostrando cómo debía ser, sus dedos se estaban clavando en mi cintura—. Vamos.

—Es que se me resbala —dijo John—. Tiene las manos sudadas.

—Porque hace calor infernal y llevo aquí más de media hora —negó con su cabeza Carter—. ¿Me pueden sacar ya de aquí?

—Un "por favor" no estaría de más —mascullé—. Bueno, intentémoslo una vez más.

—¡Tiren! —gritó Paige.

Jo y yo tiramos hacia atrás jalando el jarrón donde Carter se había ido a meter y Paige junto a John tiraron de él para poder sacarlo, aunque no funcionaba mucho porque Carter era muy pesado y difícil de mover.

—¿Cómo carajos viniste a parar aquí? —pregunté ya cansada.

—Me resbalé en las escaleras y cuando caí fue en el jarrón, por lo menos no me dañé la cabeza.

—Aunque no haría mucha diferencia si te la llegabas a dañar —se encogió de hombros mi mejor amiga riendo y jadeando a la vez por el esfuerzo—. Eres una rata pesada.

Adrien, quien grababa desde hace rato solo se estaba riendo mientras veía su celular y a nosotros. Todos nos estábamos desesperando más por él que por la situación. Paige le terminó gritando que fuera de algo de utilidad y fuera a ayudarnos.

Tiramos una vez más y al fin logramos sacar a Carter de aquel maldito jarrón. Estábamos todos sudorosos y asquerosos por aquel esfuerzo.

Carter se comenzó a frotar los lados de sus piernas para calmar el dolor de la presión que tenía al estar en el jarrón.

—Gracias a todos, ya me dolía estar ahí adentro.

—Con que no lo vuelvas a hacer imbécil, todo está bien —le respondió Adrien.

Caminamos hacia la piscina y nos metimos por cuarta vez consecutiva en el día. La noche ya había caído desde hace rato y lo mejor de ello era que la piscina se iluminaba desde adentro con diferentes luces de colores, era magnífico.

Dejé mi camiseta en una silla de playa al igual que mi short, me sentí un poco cohibida como las demás veces en las cuales solo había quedado en un bikini de color lavanda para poder entrar a la piscina. Pero al ver que ninguno me prestaba atención respiré hondo y con una sonrisa me metí en el agua helada.

¿Nos enamoramos? [Mer]✔ #DreamsAwards2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora