✿SEVEN✿

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Sonreí cuando los tres llegamos a la cafetería juntos, creí que mi primer día de escuela sería mucho peor.

Ashley tomo mi mano para llevarme a una mesa alejada de dónde estaban las porristas, y los jugadores de fútbol americano, por lo que supuse que esa era su mesa habitual.

- Me gustaría sentarme en una mesa cerca de la barra de la comida, pero cuando ellos comienzan a jugar con sus balones, todos aquí somos perfectos para ser el blanco de tiro - dijo Ash enojada mirando a alguno de ellos

- Es un poco complicada está situación - sonrió Conan - pero divertida en ocasiones

-¡Claro que no! - dijo Ashley rodando los ojos - tú lo ves así porque te gusta sentarte cerca de esos idiotas - sonrió sarcástica

- ¡eso no es cierto! - se defendió Conan - ¡Mentirosa!

- ¡Claro que no! ¡Sabes que es verdad! - se defendió

- ¡No es cierto! - hablo Conan sonrojado

- ¡Que si! - hablo Ashley

- ¡Que no! - dijo

Sonreí, me recordaban tanto a Liam y a Maddie cuando tenía que parar sus peleas interminables, que se me hacía inevitable no recordarlos en todo momento.

- Bueno, basta chicos - sonreí - A Conan le gusta estar cerca de ellos porque es la única que está cerca de la barra de comida - lo defendí

Ambos guardaron silencio y me miraron.

Baje la mirada, tal vez no debí haber dicho nada ya que aún no éramos los mejores amigos.

- ¡Exacto! - hablo - finalmente alguien me entiende - sonrió felíz

- Bien, supongo que tienes razón - hablo Ashley

Levanté la mirada sonriendo, ellos eran chicos muy geniales.

- Bien, lo primero es que ustedes se queden aquí, para que no nos quiten la mesa - dijo Ashley mirándonos a Conan y a mi - hay gente que mataría si llegas a quitarle su asiento - me susurro - es todo un lío.

Yo rei, en todas las escuelas la cafetería nunca sería un lugar seguro, era una jungla salvaje con diferentes bandos.

Ashley se fue a la barra de alimentos para poder traer algo y yo me quedé con Conan, me estaba preparando mentalmente para un momento incómodo, ya que ambos no hablábamos demasiado, pero al parecer Conan quería saber más de mi, o al menos no estar callados.

- ¿Así que viviste en Milán? - me preguntó

- Si, bueno nací allá pero jamás lo conoci - sonreí triste.

- ¿Porqué? - me preguntó

- Nos mudamos mucho - le dije

El guardo silencio así que formule otra pregunta para que no nos quedaremos en un silencio incómodo.

- ¿Y tú? ¿De dónde vienes? - le pregunté

- Yo nací en California, pero mi infancia la recuerdo en Japón y bueno también nos mudabamos con facilidad - me miró - dejamos de hacerlo cuando yo cumplí 12 años - sonrió

- ¡Genial! al menos después de los 12 pudiste tener una vida normal, yo con 17 años aún tengo miedo de que me mudé nuevamente - sonreí triste.

- Gracias a las mudanzas siempre hay un miedo cuando llegas a un nuevo lugar - hablo

- lo se, tal vez esa es la razón por la que no puedo tener amigos - dije

Ambos nos quedamos en silencio, no supe en que momento la plática se había tornado depresiva.

HEATHER© C.G.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora