✿FORTY SEVEN✿

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Estaba dando vueltas en mi habitación, aún no sabía que mierda le diría a Conan cuando estuviera enfrente de él.

Maldije cuando de nuevo me mire al espejo y me trabe al pronunciar lo que tenía escrito en la mano.

Frustrada salí de mi habitación, y me dirigí hacia la salida de mi hogar.

- ¿A dónde vas? - me preguntó Andy saliendo de la cocina

- A ningún lado - dije, no quería escuchar ahora mismo los sermones de Andy, ni de nadie, necesitaba estar sola.

- No saldrás si no me dices a dónde vas - me dijo y yo lo mire mal

- Dile a mamá que no llego tarde - dije saliendo de la casa, y aunque Andy me gritaba decidí correr para ya no escucharlo.

No sabía a dónde iba, pero por alguna extraña razón, me di cuenta que estaba en el camino hacia nuestro lugar especial, sonreí inconcientemente.

Yo me estaba preparándo mentalmente para pedirle a Conan una disculpa, o alguna oración que pudiera arreglar todo el lío.

No sabía por dónde empezar o que decir, lo único que sabía es que debía pedirle perdón y tratar de arreglar las cosas.

Después de casi 30 minutos caminando, finalmente llegué al lugar, sonreí al ver la cascada que tanto conocía y los bellos recuerdos que me traía.

Me senté en el pasto, cerca del pequeño lago, metí mis pies en el agua mientras cortaba algunas hojas del hierbaje.

Estaba pensando en todo lo que había vivido, en todo lo que Conan y yo podríamos ser, tan solo faltaba el examen de admisión y todo sería fácil.

De nuevo solo seríamos él y yo, (hablando en cuestiones románticas), Ash y Ryan al parecer quieren estudiar la Universidad aquí en Georgetown, y Ryan me ha convencido de hacer la prueba aquí también.

Pero mi meta era UCLA, ya que era la única Universidad que tendría a Conan.

Así que ahí me encontraba yo, sentada a la orilla de un río, perdida en mis pensamientos, hasta que el ruido de un carro me saco de mis pensamientos, volteé directamente hacia él, y me pare del pasto y tomé mis tenism

Me escondí entre algunos arbustos que estaban por allí, ya que estaba sola en un lugar alejado de la ciudad, y el carro puede tener adentro a borrachos o depravados, y hasta que me sintiera segura, saldría.

Maldije al ver la bolsa que había traído, quise ir por ella pero ya era tarde, ya que se había bajado dos personas del carro.

Me sorprendió al ver a Conan bajar, sonreí y pensé salir de mi tonto escondite, pero pare en seco al ver a su acompañante.

Y justo ahora...

Deseaba ser Heather con todo mi corazón.




Conan

Suspiré nerviosamente mientras veía la puerta de la entrada de la casa de Heather cerrada, esperando a que saliera.

Aún tenía este sentimiento de culpa en mi interior, no sabía ni porque me sentía así, por lo que decidí salir hoy con Heather para evitar sentirme de está manera.

Sonreí cuando Heather me abrió la puerta de su casa, se veía muy bonita con aquella falda a cuadros y un crop top blanco, era la chica que todo chico soñaba.

Tome su mano, como solíamos hacerlo, al parecer a ella no le incomodaba, y yo me sentía tan feliz de poder hacerlo.

Era todo lo que había soñado desde que la conozco, y ahora es una realidad.

HEATHER© C.G.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora