✿THIRTY ✿

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Bostece cuando salíamos de la clase más aburrida que había tenido en el día, exacto Química.

Ya habían pasado más de 4 semanas desde que las clases iniciaron y aún no me acostumbraba a la rutina, tal vez porque mis vacaciones con Conan habían sido una de las mejores que había tenido en toda mi vida.

Entramos al pasillo escolar para dejar nuestros libros en el casillero, mire a Conan y luego mire al suelo derrotada, fastidiada, triste, pero sobre todo cansada.

Cansada de seguir fingiendo que solo soy su amiga, cansada de fingir que no quiero ser la novia de Conan Gray.

Se supone que este año, sería mi año, le confesaría todo a Conan antes de irnos a la Universidad.

Pero no, estaba aquí lamentándome yo misma, siendo la misma idiota que espera algo imposible.

Estábamos sacando unos libros, de mi casillero, cuando las puertas del pasillo se abrieron, rodee los ojos fastidiada. ¿Esta chica no se cansa?

Heather entro haciendo su show como siempre lo hacia, parecía que el destino se había empeñado a destruirme, ya que al pasar, ella parecía que caminaba en cámara lenta y que había un aire misterioso para que su pelo se moviera como lo hacía, de tal forma que parecía sacada de una revista adolescente.

¿Porqué yo no puedo entrar de esa manera? ¿Verme de esa manera? ¿Su belleza me hace fea?

Mire a Conan tratando de decirle algo de lo que pensaba acerca de la entrada de Heather, pero cerré mi boca de inmediato.

Mi corazón se estaba quebrando y mis lágrimas querían salir e inundar mis pensamientos.

Conan la miraba, pero... eso no era lo que me dolía, lo que me dolía era que ahí estaba el, con ese brillo en los ojos cuando ella pasa, ese brillo que jamás había aparecido en él, hasta ahora, aquel brillo que nunca habían tenido al mirarme a mi, o incluso a Ashley, era la primera vez que miraba aquel brillo en sus ojos marrones.

Baje la cabeza, y la subí, ya que algunas lágrimas querían escaparse de mis ojos adoloridos, lágrimas como el cielo azul, antes de avisar que viene una tormenta a acabar con todo, como el cielo azul en aquellas tardes donde reflexionas lo malo de tu vida.

Azul como ver aquellos ojos enamorados no can dirigidos a ti, si no a alguien más.

- Ella te hipnotiza - le dije riendo, como si esto fuera una broma, en mi interior quería que fuera una broma.

Quería pensar que era un truco de mi imaginación para hacerme sentir como una basura.

- Si que lo hace - me dijo mientras Heather desaparecía de los pasillos - todo el tiempo.

Mis manos comenzaron a sudar, y algo en mi interior se rompió al escucharlo decir esas palabras.

Trate de pensar que solo lo decía por un simple juego, u otra cosa, porque tal vez ahora el al igual que mi mente me querían jugar una broma de mal gusto, ¡Si! ¡eso era! Solo una broma que me estaban haciendo.

Suspiré con valor y con todas las fuerzas que no tenía, y el miedo acumulado en mi interior por escuchar una respuesta que no quiero, hice la pregunta que me estaba carcomiendo el alma y mi corazón.

- ¿Te gusta Heather? - le pregunté, mi pecho sudaba frío y los manos al igual que mis piernas temblaban.

Me tomo de la mano y me llevo a las gradas, la campana de las clases ya había sonado, pero eso no nos importaba a ninguno de los dos, ambos queríamos aclarar esto, aunque yo era la más interesada en esto, en que el me dijera que es lo que sentía por Heather.

HEATHER© C.G.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora