✿ TWENTY FIVE✿

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Sabía que debía parar de reír si no es que quería que el estómago me doliera, pero Conan no me ayudaba cada vez que abría la boca.

Si se preguntan ¿Qué paso con el carro y nuestro pequeño accidente? Pues era muy fácil, ya que tuvimos que hablar con nuestras madres, y al parecer el destino quería que habláramos, porque cuando llegamos a mi casa, la madre de Conan estaba allí tomando un café con mi madre.

Suspiré al verla, ya que era una clara señal, así que tuvimos que platicar lo que había pasado, aunque a nuestra conveniencia, para evitar que nos castigarán, así que en nuestra versión, el hombre que conducía el camión, había tenido la culpa porque había sido él, el que se había distraído y cambiado el carril, por lo que nosotros tuvimos los reflejos para evitarlo.

Sabía que era una mentira fuerte, pero el camionero no lo volveríamos a ver en otra ocasión, sin embargo nuestras madres nos miraban todos los días, así que era el, o nosotros, y en esta guerra el había perdido.

No recibimos un regaño demasiado fuerte, pero mi mamá me dijo que me descontaría la mitad de mis mesadas para pagar el arreglo del auto, ya que al final del día, a mí fue a quien se lo había prestado, por lo que yo era la responsable.

Conan quiso culparse de mi error, pero no lo deje, ya que su madre también era exigente, y siendo sincera no quería que lo regañaran por culpa mia, ya que yo había sido la idiota que dejó de mirar la carretera por querer confesarme a Conan.

Aunque creí que ya no habría un castigo después de argumentar que nosotros no habíamos tenido la culpa, nuestras madres acordaron que ninguno de los dos volvería a manejar un auto hasta que fuéramos a la Universidad o hasta que alguno de nosotros cumpliera 80 años.

Esa noche después de que Conan y su madre se hayan ido, no pude dormir absolutamente nada, ya que lo único que pensaba es que el universo había conspirado en mi contra, y me daba una señal de que no debía decirle nada a Conan, y que me quedaría en la friendzone para toda la vida.

Y después de unos días finalmente estamos hasta hoy, un día antes de iniciar clases, un maldito domingo, después de casi dos meses de un gran descanso mental, mañana iniciaremos las clases.

Ash y Andy habían llegado hoy en la madrugada por lo que ambos estaban cansados, así que Conan y yo decidimos aprovechar el último día de vacaciones antes de entrar a ese instituto roba juventudes, aprendiendo el valor de la X en una ecuación que nadie entendía.

Salimos de mi casa, para poder ir a la casada, en la cual, Conan me llevo hacia ya unos meses, en el camino, ambos hablábamos de cosas banales típico de adolescentes.

Las aceras estaban llenas de manchas negras de los chicles que la gente tiraba, los árboles tiraban ya las últimas hojas de estos, los autos pasesban tranquilamente por la calle y la gente caminaba en la calle con prisa, como todos los días.

- Tenemos que llegar pronto - me sonrió mientras tomaba mi mano

- ¿Para qué? - le pregunté sonriendo por nuestras manos entrelazadas

- ¡Aprovechar el día! - me sonrió - quiero pasar mi último día de vacaciones contigo

”quiero pasar mi último día de vacaciones contigo" resonaba en mi cabeza, una y otra vez, lo que me hacía sonreír como una estúpida.

Después de unos minutos entramos al bosque y Conan me guío por el camino que ya conocía, hacia la entrada de aquella cascada que tantos recuerdos me traían.

Desde el momento que pisamos aquel pasto, comenzamos a jugar, pareciamos dos pequeños que jamás habían jugado en su vida, pero no nos importaba, tal vez esa era la razón por la que amaba a Conan, podía ser yo misma sin necesidad de fingir nada.

HEATHER© C.G.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora