El sol apareció, brillante y reluciente como siempre, y a pesar de que debía ser recibido con felicidad, eso no fue lo que ocurrió.
Los estudiantes comenzaron a preparar sus bolsos y equipajes para la vuelta a casa. Era increíble que ya había pasado todo un año, donde habían aprendido mucho, se hicieron amigos, hubo torneos.
Incluso, en el castillo corrieron todos un gran peligro, pero eso no duró demasiado, porque nuestros mellizos Potter, habían salvado a la escuela de las amenazas de Voldemort.
Antes de irse con el tren de Hogwarts, les quedaba una última comida, un último almuerzo, donde se recolectarían los puntos obtenidos durante el año y se premiaría a la casa con más puntos. Y eso fue lo que ocurrió.
Luego de darse a conocer que Gryffindor había acumulado la mayor cantidad de puntos, el almuerzo fue disfrutado por todos en la escuela.
Juli, por ser el último día, decidió sentarse con sus nuevas amigas, Pia y Cande. Así que las tres se dirigieron a la mesa de los Ravenclaw, la casa a la que pertenecía Pia Malfoy.
—Bueno, último día en Hogwarts —suspira Cande.
—Lo sé, es increíble que ya tengamos que irnos. Y pensar que recién las conocí ayer —exclama la pequeña Potter.
—¡Si! Me hubiese gustado hablar más antes contigo —dice algo triste, la morocha.
—Sí, pero lo bueno es que solo será un tiempo sin vernos. Luego tendremos que volver para otro año —se alegra Potter y come un pedazo de pollo.
—Lo dicen como si nos fuéramos para siempre. Son dramáticas —dice Pia, mientras come pollo.
—¡¿CÓMO QUÉ DRAMÁTICAS?! ¡ESTAMOS TRISTES, PORQUE NO NOS VAMOS A VER POR UN TIEMPO Y TÚ NOS DICES DRAMÁTICAS!
—Tú siempre con tus dramas, Cande. ¿Cómo te soportan los gemelos? —dice la rubia, burlonamente, mientras mira a otro lado.
—Está bien, no se peleen. Quizá sea un poco dramática, pero sólo un poquito. Aparte, ustedes ya vienen hace más años, tengo derecho a sentirme así —se ríe Juli.
—Cande hace eso todos los años, después te acostumbras.
—Ayer, fue una noche...muy loca ¿cierto? —pregunta la melliza, tímidamente.
—Tú y Georgie no se despegaban —le guiña un ojo la rubia.
—¿Pero, qué dices Pia? Sólo bailamos un ratito —se pone colorada.
—¡¿UN RATITO?! ¡QUISISTE DECIR TODA LA NOCHE! —dice casi en gritos Cande.
—Si claro, un ratito. ¿Y viste como te miraba? —Pia suelta una carcajada al ver el sonrojo de la Potter.
—¿Q-que s-si vi c-cómo me mi-miraba? —dice nerviosa.
—Georgie es el más dulce, más que el torpe de su gemelo. Cuida como te comportes a su lado.
—P-pero...¿cómo debo comportarme? Si ni puedo controlar estos nervios.
—Nos tienes a nosotras para ayudarte, y ya tienes ventaja porque somos amigas de esas dos zanahorias torpes —le explicó Pia.
—Juli ¿te digo un secreto?
—Si, claro Cande —se acerca para escuchar mejor.
—El Fred se come los mocos.
Pia escupe el agua que estaba bebiendo y las tres comienzan a reírse sin parar.
Por otro lado, en otro rincón del comedor, un pelirrojo estaba viendo, muy atentamente, la escena que hacían esas tres chicas.
—Georgie, ¿qué te pasa últimamente? Estás muy distraído —pregunta su gemelo a su lado.
—No me pasa nada, mi querido Freddy —sonríe, golpeando levemente el hombro de su hermano.
—No te creo. GEORGE, ¿ES UNA CHICA? —pregunta emocionado—. Deberías presentarme a mi nueva cuñada.
—Para ti siempre es una chica, dile algo Lee —mira George a su amigo, que observaba expectante la escena.
Los gemelos se ponen a discutir sobre el problema de distracción de George. Pero las chicas, por su parte, seguían en la misma, riendo sin poder detenerse.
—¡Esperen, me estoy ahogando! ¡DEJEN DE REÍRSE CHICAS! —exclama Cande, tosiendo.
—¿Quieres que llame a ese pelirrojo que te vuelve loca?
—Q-que nooooo —la morocha se pone colorada por el comentario de Pia.
Pasa el almuerzo entre risas y gritos, hasta que llega el momento de irse a la parada y subirse al tren. Mientras estaban en el tren, las tres amigas compartieron dulces, charlando de cómo eran sus vidas en casa.
Pasaron las horas, hasta que sintieron que el tren frenó, llegando a la estación. Estaban muchos padres y todos los niños iban bajando a saludarlos.
Los Potter y los Weasley bajaron todos juntos. Mientras Ron se despedía de Harry, un pelirrojo estaba nervioso y muy tímido para despedirse de la melliza Potter. Pero, de un momento a otro, siente como un cuerpo más pequeño le abraza por detrás, rodeando su torso.
George, ve que quien le estaba abrazando, tenía una cabellera rojiza, y distingue que no era su hermana, sino que era Juli Potter. Él, con gusto recibe el abrazo de despedida, hasta que llega Harry para separarlos e irse con tío Vernon, mientras que un pelirrojo, quedaba atrás con su familia y veía cómo se iban ambos Potter...
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𝘚𝘌𝘙𝘌𝘕𝘋𝘐𝘗𝘐𝘈 ⁽ᴳᵉᵒʳᵍᵉ ᵂᵉᵃˢˡᵉʸ⁾
FanficAl momento de la entrada, mientras iban avanzando hacia el centro, la melliza Potter sentía una mirada encima de ella. Al buscarla, choca con un chico pelirrojo, con unos ojos negros que tenían una chispa en ellos. Y en ese momento, ambos niños sint...