"𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 19"

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Las semanas siguientes, los Potter no descansaban bien, tenían pesadillas donde veían a Voldemort. También veían algo lleno de esferas, como de esas para leer el futuro, que tenía la profesora de adivinación.

Ahora mismo los hermanos estaban en el Gran Comedor, observando la comida, pensativos. Sus amigos estaban preocupados por ellos, ya que no comían, o si comían era algo poco. Estaban más distraídos de lo normal y se acercaba un juego importante de quidditch. 

—Pequeña, come aunque sea un poco —George le hablaba preocupado a su lado—. Toma una tostada —le mostraba enfrente de ella un pedazo de tostada—. Por Merlín, Juli. Tienes que comer algo.

Juli lo mira y sonríe por la preocupación del pelirrojo.

—Tranquilo, George. Estoy bien.

—Pequeña Potter, tienes que comer —la mira con preocupación—. Me estoy transformando en mi mamá —la pelirroja comienza a reírse—. Siempre riendote de mi, ¿ahora sabes qué?

— No te atrevas, George —se aleja un poco de él y ríe.

—¡COSQUILLAS! —se acerca a la pelirroja, empezando a hacerle cosquillas.

—¡GEORGIE NOOO! —comienza a reírse sin parar e intenta cubrirse.

—Tu risa es contagiosa —el pelirrojo se ríe junto a ella, mientras seguía haciéndole cosquillas.

—Ya, déjala. Está toda roja, le van a explotar las mejillas de tanto reír —interviene Harry—. Y aparte su risa no me deja pensar.

—Eres aburrido, Harry —George le muestra la lengua y Juli ríe por el gesto—. ¡Y tú deja de reírte, pequeña! —dice sonriéndole.

Luego de un desayuno muy divertido, tocaba ir a clases.

Transformaciones estuvo aburrida, ya que Juli no podía convertir un simple escarabajo en un botón, y al parecer no era la única. Su hermano tampoco podía hacerlo, su cabeza estaba todavía en aquellas pesadillas donde aparece Lord Voldemort.

Todo era tan raro, pero algo peligroso se avecinaba y no sabían qué era. Además, para empeorar las cosas, Dolores Umbridge estaba haciendo más reglas y no enseñaba nada para defenderse en sus lecciones. Nadie aprendía nada y todo estaba cambiando.

El ministerio se estaba metiendo a Hogwarts y Dumbledore no hablaba con ninguno de los Potter.

Para ellos, todo estaba siendo demasiado frustrante, hasta que en un momento del día, Hermione dio una idea interesante.

—Podrían enseñarnos ustedes —Hermione miraba a ambos Potter.

—¿A qué? ¿A defendernos? —preguntó Harry.

—Sí. Ustedes saben más que nosotros —dijo Hermione.

—No es una mala idea —exclamó Juli—. ¿Qué opinas, Harry? —mira a su hermano.

—Suena bien —contestó Harry, no totalmente convencido.

—Pero ¿y si nos atrapan? —Juli habla con el mismo tono que su mellizo.

—Yo me haré cargo de todo, Juli —le responde Harry, girando y viendo a su hermana.

—No quiero dejarte solo en esto, Harry —dice la pelirroja.

—Tranquila, no pasará nada.

Después de esa charla con el trío de oro, la pequeña Potter fue en busca de sus amigas.

Al encontrarse con la rubia por un pasillo, intentó acercarse a hablarle, pero aquella chica siguió de largo sin mirarla. Le pareció extraño, ya que estaba sola y no se habían hablado desde hacía un buen tiempo.

𝘚𝘌𝘙𝘌𝘕𝘋𝘐𝘗𝘐𝘈   ⁽ᴳᵉᵒʳᵍᵉ ᵂᵉᵃˢˡᵉʸ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora