"𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 2"

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Empiezan las clases, un nuevo día, con un nuevo comienzo para ambos mellizos.

La pequeña Juli, se colocaba el uniforme amarillo, con logo de un tejón en el, y el chico pelirrojo, con el que chocó miradas la noche anterior, se colocaba el uniforme color escarlata, con el logo de un león, en su habitación de Gryffindor. Ambos estaban emocionados de empezar un día lleno de magia.

Claro está, que esa mañana, les tocaba a los de primer año, su primera clase de vuelo. Los hermanos Potter, estaban muy nerviosos, porque nunca antes habían volado en escoba, o visto a alguien volar sobre una.

En un momento de la clase, en el que la profesora se encontraba enseñando a cómo tener buena postura en la escoba, un niño con mejillas regordetas, comenzó a elevarse por los aires, terminando en un accidente.

Por lo que, la profesora se lo lleva a la enfermería, pero antes de eso, les deja una advertencia a sus alumnos: de que no monten sus escobas hasta que ella regrese.

—Vaya, vaya...Miren que se le cayó a Longbottom —pronunció Draco Malfoy alzando su mano, mostrando una esfera.

—Dámela Malfoy —dijo Harry, acercándose al platinado.

—Hay que dejarla en un lugar donde Longbottom la encuentre —Draco comienza a elevarse en una escoba.

Harry lo sigue por los aires y Draco le tira la esfera, con la intención de que se rompa contra el suelo. La melliza de Harry miraba todo, asustada desde el suelo.

El azabache, tomó la esfera en el aire, sin darse cuenta que una profesora lo había visto. Al aterrizar de los aires, estaba la profesora Mcgonagall, expectante.

En el descanso, todos ya sabían que Harry Potter era el nuevo buscador de Gryffindor. Y así, fue como empezaron las comparaciones entre él y Juli, colocando más presión de la que ya tenían encima de ellos.

Pasan los días, con muchas clases, y Juli nota que el pelirrojo con el que chocó miradas, tiene un gemelo con el que hace muchas bromas. También nota que estos gemelos, comienzan a acercarse cada vez más a su hermano mellizo.

Llega el día del primer partido de quidditch, entre Gryffindor y Slytherin.

En ambos equipos se sentía la tensión. Los jugadores estaban emocionados y a la vez, nerviosos, era el primer partido del año, el primer partido de Harry desde que estaba en el equipo.

Comienza el partido. Las Quaffle se elevaban, las bludger iban disparadas por todos lados, y la snitch ya no estaba a la vista. Las serpientes, haciendo trampa para ganar, como siempre.

Algunos jugadores ya habían salido del campo por lesiones. Los minutos seguían pasando y la snitch todavía no aparecía.

De repente, una bludger sale disparada del campo, y el chico pelirrojo, viendo a donde iba dirigida, fue a golpearla antes de que esta, lastime a esa chica que estaba en la tribuna, antes de que lastime a Juli Potter.

Pero, aunque el héroe llegó a tiempo antes de que la pequeña Potter salga lastimada, no le pudo pegar correctamente a la bludger. Por lo que, éste sale levemente lastimado de su muñeca, razón por la cual el partido es detenido por el árbitro y el pelirrojo es llevado a la enfermería.

El chico pelirrojo se encuentra en la enfermería, siendo atendido y curado por madame Pomfrey. Al rato, llegan los Potter juntos, preocupados y agradecidos por tal acción.

La pequeña de los mellizos, sonrojada por haber sido protegida, le entrega unas ranas de chocolate.

De la nada, entran abruptamente, abriendo las puertas de la enfermería, el gemelo del pelirrojo y una chica.

—George, ¡¿estás bien?! —grita la chica, acercándose al pelirrojo, viéndolo completamente para ver si tenía otra herida.

La chica, preocupada, no se da cuenta de los otros dos menores que estaban ahí. George, viendo sorprendido, intenta hablar y tranquilizar a su amiga.

—Cande, cálmate por favor, estoy bien —el pelirrojo toma las muñecas de la chica para que se calme—. Los Potter vinieron a verme y agradecerme, solo fue un esguince de muñeca, nada grave —dice el chico, viendo a la pelirroja, que se encontraba ahí mirándolos.

Como ella baja levemente la mirada algo triste, George toma las manos de la pequeña Potter y le sonríe.

—Espero que estés bien, un golpe de esa bludger y hubiese acabado peor —le besa la mano y separa ambas manos para ver a su gemelo. Mini Potter sonríe y se aparta para que los hermanos pudieran charlar.

—Fred, estoy bien, no hay que preocuparse —le sonríe a su gemelo y le da un leve golpe en su brazo.

—George, si te hubiera pasado algo, ¿Qué le hubiese dicho a mamá? —el gemelo mayor, miraba preocupado a George.

—Que morí siendo el gemelo guapo. Eso le hubieras dicho —ambos gemelos sueltan una carcajada y los demás se le unen—. ¿Y Ronni? ¿Que no se preocupa por mi? —en ese momento entra otro pelirrojo a la enfermería, llega corriendo al lado de los gemelos, con una niña con cabello demasiado loco.

—George, si mamá.... —lo interrumpe el nombrado.

—Lo sé Ronni, si ella se entera me matará, pero al menos que quede esto entre nosotros —pasa su vista por Juli y le guiña un ojo, haciendo que esta se sonrojara.

Luego pasa la vista por Harry, viendo como éste lo miraba seriamente. Abre los ojos sorprendido y vuelve la vista a su amiga.

—Cande, no me trajiste nada como los Potter. Que mala amiga —le dice burlonamente a su amiga, mientra ella le pega en el hombro.

El pelirrojo abre una de las ranas de chocolate y esta sale disparada, dando un salto.

—Por eso casi nunca como de esas, siempre se van —George suspira y sonríe, viendo como todos se ríen por lo sucedido con la rana.

Toma las ranas y se las da a Ron.

—Comelas tú, Ron. Tu sabes atajarlas mejor con tu boca —se ríe por el comentario, chocando cinco con su gemelo Fred.

Luego de unos segundos, George vuelve a hablar:

—Todavía no conozco a la chica que salvé —le pregunta a una sonrojada Potter, mientras ésta agacha la cabeza sonriendo tímidamente.

—Juli potter, un gusto en conocerte George, y gracias por salvarme de esa bludger —sonríe hacia el pelirrojo mientras él le da una sonrisa tierna.

—Lindo nombre —sonríe el pelirrojo, pero deja de sonreír al ver como Harry lo mira con una mirada demasiado seria—. Harry, amigo, cálmate, no haré nada con tu hermana —levanta ambas manos.

De a poco, todos comienzan a irse, dejando a George solo en la enfermería, pensando en esa chica pelirroja, que cada vez se metía más y más en su mente, haciéndolo suspirar cada vez que recordaba su sonrisa.

Claro está, que ninguno de los jóvenes sabía lo que sentían...

𝘚𝘌𝘙𝘌𝘕𝘋𝘐𝘗𝘐𝘈   ⁽ᴳᵉᵒʳᵍᵉ ᵂᵉᵃˢˡᵉʸ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora