AMBER–Ya van a ser las 12. –nos advirtió Philip mientras tomaba su copa de la mesada.
Sarah y yo nos encontrábamos a un costado del salón principal de mi departamento, que ahora estaba lleno de amigos y mi familia observando el gran reloj en vivo a travez del televisor de pared.
Junto con mi amiga, preparamos nuestras copas y esperamos a que la gran bola de cristal cayera. Cuando el reloj marcó las 12 en punto, el festejo de toda la ciudad pareció entrometerse por la ventana un tanto entreabierta, y unirse a nuestra propia celebración.
Primero choqué copas con mi amiga, para luego voltear y buscar a Philip, que no tardó mucho en tomárme por la cadera y atraerme hacia él con cariño.
Todavía con el barullo de fondo, el rubio chocó nuestros cristales y, luego de beber de la copas, Philip acercó nuestros cuerpos aun más para juntar sus labios con los míos.
De repente, el resto de los invitados parecieron desaparecer, y mis preocupaciones de anfitriona se esfumaron para concentrarme por completo en aquel rubio con el que celebraba.
–Feliz aniversario Amber. –me susurró al oído.
Junto con Philip, habíamos hecho nuestra relación oficial la noche de año nuevo, hace dos años. Había sido una decisión apresurada, resultó funcionar. Nos encontrábamos un tanto borrachos, y la conversación surgió con tranquilidad antes de darnos cuenta lo extraño que sería para los siguientes años.
Pero aquella anécdota no dejaba de ser divertida.
–Felices dos años Pou. –contesté en un susurro, a tan solo centímetros de su rostro.
El resto de la gente que conocía a Philip solía llamarlo "Phil", pero yo me había encargado de encontrarle otro apodo que solo usaba cuando sabía que nadie más podía escucharnos.
Le regalé un corto beso antes de escuchar como una vocecita aguda me llamaba, y cuando volví a prestarle atención a los invitados, observé como Conrad corría hacia mí con gran velocidad.
Intenté atraparlo lo mejor que pude, pero ya no era tan pequeño como antes, y comenzaba a pesar.
Ahora, su cabellera rubia se había apagado un par de tonos, y sus rulos comenzaban a desaparecer, dejando unas ondas sutiles que insistían por caer justo encima de sus ojos.
–¡Feliz año pequeño! –hablé con emoción.
–¡Amber! Te he dicho que no me llames pequeño. –me regaño, como siempre.
Luego de plantarle un beso en la frente a mi hermano ahora molesto, dirigí mi mirada hacia Philip, quien parecía apretar los labios para no reír.
–Lo siento, lo siento –me disculpé, ahora entre risas, para luego bajarlo de mi regazo. Mis brazos se encontraban cansados de sostenerlo–. Vamos, acompáñame a saludar al resto. –le propuse mientras lo tomaba de la mano y despedia a Phil con la otra, acariciando su brazo por un instante.
Llegamos hasta mi madre y mi abuela en segundos, y la saludé con un fuerte abrazo antes de escucharla hablar.
–Feliz año hermosa.
Sonreí ante su comentario.
Los pocos meses que quedé en su casa, junto con mi abuela nos habíamos hecho muy cercanas, y ahora intentaba visitarla siempre que mi apretado calendario me lo permitiera.
Me dolía verla cada vez más débil y arrugada, y sabía que mi madre también lo notaba, porque cada vez se encontraba más y más pendiente por su salud.
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HELLBORN: El regreso del fuego [En curso]
Fantasy"Para el hijo del diablo, romper las reglas es básicamente una obligación." "Todo ese dolor que estas sintiendo, úsalo, conviértelo en poder." Pasaron 3 largos años desde la última vez que la rubia escuchó sobre él, y ahora ella parece tenerlo todo...