Capítulo 13: Castigo divino

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DEVON

Me acerqué hasta ella con lentitud, acorralandola entre la mesada, y no quité mi vista de sus ojos, hipnotizándola.

Había algo en ella que no lograba descifrar, no estaba seguro si era miedo, nerviosismo o tentación, pero lo que sea que fuera, planeaba utilizarlo a mi favor.

–¿Me temes? –le pregunté por lo bajo, ahora con mis labios cerca de los suyos.

Pero ella no contestó, tan solo se limitó a negar con la cabeza.

–¿Te encuentras nerviosa? –volví a adivinar.

–No. –habló finalmente, susurrando por lo bajo en un corto suspiro.

–¿Me deseas? –hablé, para luego alzar mi cabeza, mirarla desde abajo y esperar su respuesta con paciencia.

Ella pareció tardar en decidirse, pero sus intenciones fueron claras al observar cómo se relamía los labios.

Sin más que decir, la acerqué hacia mí por la cintura, y comencé a recorrer su delgada figura hasta llegar a su rostro.

Cuando me encontré a la altura de sus ojos, tomé el marco de sus anteojos de lectura y se los saqué con lentitud para que estos no me estorbaran.

Una vez que me deshiciera de ellos, me apoderé de sus labios para comenzar a jugar con su cuerpo. Tomándola del trasero, la levanté con rapidez y caminé junto con ella hacia el sillón, sentándome con Margo en mi regazo.

Una vez que reconocí como ella comenzaba a mover sus cintura encima mío, me apresuré por quitarle la camiseta y tomar el cuello de la mía por la nuca, para deshacerme de ella rápidamente y luego volver a su boca.

Ahora mi entrepierna se encontraba hecha fuego, y mi miembro comenzaba a sentir presión.

Pero mi concentración en la mujer que tenía arriba mío se esfumó al escuchar un grito a lo lejos, haciendo que me alejara de sus labios para intentar escuchar, y advirtiéndole que dejara de moverse mientras la tomaba de las caderas con fuerza, para que se quedara quieta.

–Espera. –hablé alerta.

–¿Qué pasa? –me preguntó al segundo, irrumpiendo el silencio.

Rápidamente, coloqué una mano en su boca e intenté escuchar a lo lejos, pero no escuché ningun otro grito.

Cuando volví a la vista a la mujer que tenía arriba, decidí dejar que los guardias se ocuparan de lo que fuera que estuviera sucediendo ahí abajo.

–Nada. –me dispersé, volviendo a sus labios.

Cuando no pude soportar más la presión, la tomé de la cintura para colocarla de espaldas en el sillón, me encontraba a punto de quitarle los pantalones cuando volví a escuchar gritos.

En cuestión de segundos, mi celular sonó, y me levanté de encima de ella para ir hacia el aparato mientras resoplaba.

–¿Qué mierda está sucediendo ahí abajo? –pregunté al reconocer el número.

–Amber está en el bar, detrás de las cortinas. –habló Cassandra con energía, como si me estuviera dando buenas noticias–. Y Philip también, con una de las chicas.

Al escuchar la noticia, sentí como mis venas comenzaban a arder, literalmente.

–¿Ese cabron ha vuelto? ¡Te pedí que le dijeras a Drake que no lo dejara entrar! –grité por lo alto, no me habia ovedecido, y eso me enfurecía.

–Si –Cassandra hizo una pequeña pausa antes de terminar su informe–... Ella está furiosa haciendo un escándalo, quiere hablar contigo.

Misntras hablaba, esuché como Margo hablaba desde el sillon, pero no logré identificar lo que decia, y la hice callar ocn un gesto de manos para que me dejara escuchar a la morocha.

HELLBORN: El regreso del fuego [En curso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora