DEVONIntenté tomar un respiro antes de volver a intentarlo, era un puto viernes por la noche y yo me encontraba en el medio de Central park intentando abrir un estupido portal.
Por un lado, aceptaba la culpa al reconocer que no le había prestado mucha atención a las indicaciones cuando me instrucionó como se hacía, pero no creí que fuera tan difícil de lograr.
Estaba seguro que hacían unos menos quince grados, pero yo me encontraba sudando por el esfuerzo y mi camiseta se encontraba completamente mojada, así que decidí quitarme todo lo que tenía encima y no me dejaba moverme con facilidad. Luego me quité las botas, y dejé que mis pies tocaran el frío césped cubierto por una fina capa de nieve.
Cuando me encontré con el pecho al descubierto, sentí como la brisa helada amenazaba mi cuerpo húmedo y volví a retomar mi trabajo.
Luego de dedicar unos segundos para despejar mi mente y relajar mi cuello con unos cortos movimientos de cabeza, volví a intentarlo.
Comencé aumentando la temperatura de mi cuerpo en un solo instante, y una vez que encontré encender las llamas en las palmas de mis manos, concentré mi energía en el gran agujero del árbol.
Todavía con mis palmas apuntando en aquella dirección, cerré mis ojos para comenzar a recitar las mismas palabras por décima vez.
"Porta inferni aperta"
Esta vez lo lograría, estaba seguro, lo sentía a travez de mis venas.
Ahora que no llevaba puesta todas las capas de tela, me sentía más conectado con mis habilidades, no acostumbraba a llevar esa clase de ropa, y sentir la sangre hervir en mi cuerpo era un paso vital para que aquello funcionara.
Cuando sentí como una ráfaga de viento me escupía levemente hacia atrás y escuché el fuego chispear, abrí mis ojos.
Con un leve sentimiento de orgullo sobre mí mismo, dejé salir un gran respiro mientras observaba como el fuego giraba en círculos en el portal hasta desaparecer, haciéndolo lucir nuevamente como un simple agujero en el tronco de un árbol.
Luego, me dispuse a volver a vestirme, y busqué mi camiseta que había arrojado a unos pocos metros para luego colocarme la chaqueta y las botas.
Me encontraba con una rodilla en el suelo, atándome los cordones del último zapato, cuando escuché como las llamas volvían a cantar por unos segundos, y antes de levantar la vista, una voz conocida me sorprendió.
–Ya era puta hora de que comenzaras a abrir los portales. –habló groseramente.
Exhalé al instante ante su protesta, mientras subía la mirada.
Todavía vestido de taparrabo y con el cabello enrulado revuelto por el viaje, el tío de piel morena y ojos negros ahora me miraba desde arriba.
–¿Quién mierda te crees que eres para hablarme de esa manera? –le advertí mientras me levantaba, tomándome mi tiempo y sin quitarle los ojos de encima.
–Te diré quien no me creo, un cagón que no tiene los huevos para enfrentar a su padre. –contraatacó él con su sucio vocabulario de siempre, avanzando lentamente hacia mí.
–Ah, me has dado justo ahí. –comencé con mi broma, esperando a que caiga.
Ahora yo también caminaba a su encuentro, esperando estar cara a cara cuando volviera a hablar.
–¿Justo dónde? –cayó.
–Justo donde me importa una puta mierda lo que un idiota como tú me diga. –terminé, ahora a pocos centímetros de él.
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HELLBORN: El regreso del fuego [En curso]
Fantasy"Para el hijo del diablo, romper las reglas es básicamente una obligación." "Todo ese dolor que estas sintiendo, úsalo, conviértelo en poder." Pasaron 3 largos años desde la última vez que la rubia escuchó sobre él, y ahora ella parece tenerlo todo...